Víctor Viñuales Edo: “No ha llegado el momento de bajar los brazos, con esperanza, determinación y coraje debemos afrontar el desafío que el tiempo ha puesto delante a nuestra generación; esa es la tarea”
Director de la Fundación Ecología y Desarrollo.
“El desafío de la sostenibilidad: la necesidad de un cambio global’”
‘El desafío de la sostenibilidad: la necesidad de un cambio global’
“Seguramente vuestra inscripción a este curso significa que sois de ese grupo de personas que tiene ganas de mejorar el mundo”, destacó Viñuales al inicio de su sesión en una pequeña previsualización de lo que iba a ser su clase: una oda a la esperanza y, sobre todo, inspiración. En la primera parte el ponente quiso “compartir la mirada”, hacer una reflexión sobre lo que está pasando y lo que se debería hacer, “cómo veo yo la crisis climática y qué 14 factores nos separan entre el hoy y el mañana que debemos construir”, sentenció el experto. ¿En la segunda parte? Un ejercicio de co-creación colectiva: convertir A Coruña en una ciudad climáticamente neutra, “transmitir el sueño a otros, contagiar la idea de que un mundo mejor es posible”.
Para establecer una base sólida a su explicación, Viñuales hizo una primera visual sobre cómo se encuentra actualmente el mundo y la sociedad. Para ello, hizo hincapié en el concepto de la empatía y animó al alumnado a ponerse en “los zapatos” de los más de dos millones de colmenas que se trasladan de diferentes partes de EEUU a California para producir, o en una de las nueve millones de familias que se vieron obligadas a dejar sus casas en Honduras ante una terrible sucesión de huracanes en la zona. También en la piel de los agricultores que se vieron obligados a retirar la fruta verde de sus árboles para preservar la vida de sus cultivos frente al corte del regadío a causa de las sequías en Cataluña, o en la del bebé que debería nacer en el año 2234 en un mundo que, a día de hoy, toma decisiones únicamente a corto plazo.
Una sucesión de ejemplos que el profesional utilizó para lanzar esa “mirada de la empatía” y que se suma a la opinión científica o a la de los medios de comunicación. “Hay una infinidad de efectos que están conectados con el clima”, destacó el experto, que hizo también un balance del impacto humano en el siglo XXI y la desigualdad, tanto geográfica como social dentro de cada propio país, e íntimamente ligado a la “injusticia climática”. “Hemos construido una economía que, cuanto más avanza, más destruye la biosfera y la naturaleza, ignorando estúpidamente que nosotros somos también parte de ella”, destacó Viñuales, “somos seres frágiles, hechos del mismo barro que el resto de los seres vivos”.
Con todos estos datos, el profesional hizo una “pintura” previa del estado del mundo antes de pasar a preguntarse “¿cómo hemos llegado hasta aquí?”. Viñuales habló de las brechas y rupturas que han conducido a la humanidad al punto en el que se encuentra y que enumera en cuatro: una ruptura con la naturaleza, una ruptura con los demás, una con nosotros mismos y una con aquellos que han de venir después. “Cerrar esas brechas” es el único paso al frente que se puede dar y, para ello, se crearon los afamados 17 objetivos de desarrollo sostenible, “un programa común de la humanidad”. Las herramientas para trabajar en ello son 14 factores clave de la transición, “desde el hoy al mañana y no tanto centrado en la foto a la que debemos llegar, sino en cómo llegamos a ella”.
Un camino de 14 factores hacia el futuro
Los 14 factores clave empiezan por estar en paz con la naturaleza. “Debemos llegar a un contrato social con ella”, destacó el ponente y eso pasa por practicar la biomímesis, “imitar la naturaleza”, que debería tener un empuje mucho mayor en nuestra sociedad. Como ejemplo, explicó Viñuales, es el fomentar y mejorar el sistema inmune “que tenemos de serie”, en vez de utilizar antibióticos cuando el daño está hecho. Establecer ese nuevo contrato con ella, en el que se la valore por lo que hace y no se la aparte de las decisiones que tomamos a diario.
Siguiendo en la línea de la empatía, que sirvió de hilo conductor en toda la sesión, el experto destacó la tendencia del ser humano a ejercerla únicamente con aquello y aquellos que están cerca de nosotros, pero la necesidad -ese segundo gran factor de la transición- es crear una empatía de largo alcance o, en otras palabras, “corregir la miopía de la compasión”. Conseguir crear un contrato intrageneracional e intergeneracional con los mismos convivientes de este momento de la humanidad, vivan donde vivan.
Todo ello manteniendo siempre en la mente la necesidad de ejercer una transición justa que no deje a nadie atrás en el camino y con un “pensamiento catedral”: las personas que empiezan a construir una catedral saben que jamás la verán acabada, pero igualmente, lo hacen, explicó Viñuales con este símil. Recuperar esa ambición por el legado, “somos los que somos por las personas que nos preceden, por eso estamos aquí hoy” y, al mismo tiempo, entender que estamos condicionando la vida de los que están por llegar, “pensar en lo que es relevante para nuestra sociedad a largo plazo”.
¿El quinto factor? El sentido de urgencia, “hay una emergencia, suena la señal de alarma, pero seguimos igual”, apuntó el ponente en este punto, “tendríamos que generar ese sentido de urgencia” con el fin de comenzar a mover las cosas con la premura e importancia que exigen. Y frente a todo ello, el ponente insistió en la necesidad de que todo el mundo se implique en la situación, especialmente las empresas, que engloban la gran mayoría de trabajadores. “Ellas tienen ese conocimiento operativo que cambia finalmente el mundo” y, aunque son imprescindibles, debemos siempre “revisar su ADN y construir junto a una que no solamente esté pensando en maximizar el beneficio de sus accionistas, sino mejorar también la vida de la humanidad”, como parte de esa economía del bien común.
Asimismo, prosiguió el experto, necesitamos las leyes, pero también tecnología innovadora y unos valores alineados, “es la interacción de todos ellos lo que genera el cambio”; un enfoque sistémico. Hace falta que haya cambios normativos que impulsen los cambios sociales, pero siempre empujado por una tecnología que favorezca todo ello.
Del mismo modo, Viñuales quiso insistir en lo importante que es aprovechar las crisis “porque es cuando uno genera fuerzas para cambiar”, destacó, estos momentos son clave para determinar lo que es y no importante; al igual que ir de la mano de los cambios disruptivos, esos giros de 180 grados que permiten el cambio radical de la noche a la mañana. Así como impulsar la cooperación: “debemos pasar del yo al nosotros”, destacó el experto. “Vivimos en un mundo de polarización, de blanco y negro, y para cambiar el mundo, muchas veces hay que ser imperfectos haciendo cosas imperfectas que vamos continuamente mejorando”: fomentar el cambio sin perfeccionismo. También entender que debemos pasar a la acción para crear el mundo que queremos, con corresponsabilidad y apoyo mutuo, hibridando las diferentes causas, sin separar las soluciones y dividir los problemas cuando podemos encontrar factores comunes.
“Hoy la esperanza está enferma, y si ella está enferma también lo está su hermana, la voluntad”, sentenció el ponente; “puede que lleguemos o no, pero creer que no se puede, frena el impulso a hacerlo”. “Un factor crítico en la gestión del cambio climático es la esperanza”, debemos “rehacer el clima que previamente hemos deshecho”, añadió. Viñuales destacó a su vez que “no ha llegado el momento de bajar los brazos, con esperanza, determinación y coraje debemos afrontar el desafío que el tiempo ha puesto delante a nuestra generación; esa es la tarea”.
Convirtiendo A Coruña en una ciudad climáticamente neutra
En la segunda parte de la clase, tras el descanso, Viñuales se introdujo de lleno en la práctica, con un gran objetivo por delante, para los diferentes grupos del aula: cómo hacer que A Coruña sea una ciudad climáticamente neutra en carbono para el año 2030. “Esto es un viaje: dónde está A Coruña y dónde queremos que llegue”, destacó el ponente a la resolución de la práctica y como respuesta a las propuestas del alumnado.
“Hay dos temas fundamentales en este proceso: que esté claro el final para todo el ecosistema y que este comparta ese sueño, que se sienta implicado”, señaló. En el proceso de establecer las fases, el experto insistió en la necesidad de empezar por las tareas fáciles para no perder la esperanza, “tener esa impresión de que podemos con ello” y apoyarse en aquellas personas que tienen verdaderamente interés y ganas en mover las cosas. “La clave del éxito es la gente”, por ello es clave identificar a esos promotores del cambio que desde el punto de vista objetivo y subjetivo son claves para construir ese sueño común.
Beatriz Nestar Bueno
Periodista y alumna de la decimotercera edición del Curso de Experto en Sostenibilidad e Innovación Social