“Una alianza entre una empresa y una ONG debe tener una visión a medio o largo plazo”

Borja Vega. Responsable de Alianzas Estratégicas de Ayuda en Acción.

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El responsable de Alianzas Estratégicas de Ayuda en Acción, Borja Vega, impartió una sesión sobre herramientas para la gestión de alianzas estratégicas y medición de impacto social para los alumnos y alumnas del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social de la Cátedra Inditex-UDC.

La sesión giró en torno a siete preguntas que un director de Responsabilidad Social Empresarial debería plantearse. La primera de ellas tiene que ver con la posible externalización de la Acción Social de una entidad. En este sentido, Vega indicó: “Cuando externalizamos un proyecto, perdemos a veces la capacidad de aprendizaje, pero también estamos aportando valor a las entidades sociales en forma de conocimiento tecnológico o el conocimiento de mercados”.

A continuación, el ponente explicó la importancia de preguntarse si la cultura, los valores y los principios de los socios con los que se va a colaborar están alineados con lo que los grupos de interés o stakeholders de nuestra organización valoran. “Las alianzas que realmente llegan a término son aquellas que han llevado a cabo una buena identificación de socios”, explicó. Es importante, además, entender que no todas las alianzas entre empresa y entidades sociales se basan en la donación de recursos económicos y que una alianza no se basa en una colaboración puntual, sino que: “una alianza entre una empresa y una ONG tiene que tener una visión a medio o largo plazo”.

La tercera pregunta planteada estuvo relacionada con la estrategia de comunicación y la sostenibilidad de las alianzas. Esta última supone el principal desafío. A la hora de organizar ambas, el ponente desarrolló la matriz de aportaciones como principal herramienta para ver qué puede aportar cada miembro a la alianza y así poder hacerla sostenible. A continuación, expresó la necesidad de comprobar si existe una correcta asignación de la autoridad y de la responsabilidad para la toma de decisiones. En este punto, Vega recomendó definir protocolos de asignación de autoridad mediante la clasificación de las decisiones a tomar. “En una alianza no hay poder de unos sobre otros, sino criterio”, aclaró. Es importante, así mismo, realizar ejercicios de evaluación de funciones y habilidades para identificar quién puede realizar una tarea de manera más efectiva dentro de una alianza y ver qué conocimientos o habilidades específicas pueden ser aportados por agentes externos cuando no se encuentran mecanismos para desarrollarlos de forma interna.

La segunda parte de la sesión se centró en aquellas preguntas relacionadas con la medición de impacto social. Los impactos son los cambios producidos en las personas, organizaciones o medio ambiente, como consecuencia de una actividad. Tal y como explicó el docente, existen cuestiones que habría que plantearse inicialmente en un proceso real de elección de socios para formar una alianza estratégica. La primera se corresponde con el tipo de transformación social al que espera contribuir la entidad. La segunda, con las metas que la entidad y sus stakeholders pretenden alcanzar con la alianza. Y, por último, qué aportaciones estaría dispuesta a realizar la entidad en función de los logros e impactos. Los logros son un dato que puede conocerse fácilmente en un periodo de tiempo relativamente corto. En general, explicó Vega, evaluar y comunicar los beneficios para la comunidad y las organizaciones proporciona una nueva perspectiva y, en algunos casos, cambia el enfoque de la iniciativa. Cuanta mayor sea la envergadura de un proyecto, más importante será establecer previamente las metas, para posibilitar una evaluación del cumplimiento de los objetivos y del éxito del proyecto en sí.

 

Úrsula Rey
Comunicadora audiovisual y alumna del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social