“Un grupo de interés no identificado a tiempo puede llegar a hundir el proyecto de cualquier organización”

Esther Trujillo, asesora de organizaciones empresariales, sociales y académicas en su relación con grupos de interés y estrategias de cambio, ética y valores; y fundadora de PlanBET Estrategias.
“Gestión de proyectos de RSC: una aproximación práctica”

El pasado miércoles 27 de enero, Esther Trujillo, fundadora de la consultora PlanBET Estrategias, aterrizó en A Coruña para impartir un taller a los alumnos del CESIS de la Cátedra Inditex-UDC sobre los pasos que hay que seguir para construir un proyecto de RSC en el seno de una organización. Licenciada en Traducción e Interpretación, Trujillo inicia su carrera en Telefónica accediendo mediante la última oposición pública antes de su privatización. Al crear el área de Responsabilidad Social Corporativa del grupo de telefonía, se da cuenta de lo que “realmente significa transformar una compañía donde la mayor parte de la plantilla son hombres con pocas necesidades de agradar a sus clientes, al ser un monopolio”. Para ello, tiene que hacer salir a los empleados de su zona de confort. “En las organizaciones”, afirma, “los dos miedos principales son la toma de decisiones y la renuncia; normalmente se quiere tener todo sin renunciar a nada”. Tras Telefónica, se incorpora a Meliá con el reto de erradicar el turismo sexual infantil: “por muy ecológicos que fuesen los hoteles”, comenta, “si en una única habitación se detectase un caso de explotación sexual infantil, el proyecto no tendría sentido”. Se enfrenta así a uno de los retos más difíciles de su vida, como reconoce, “al introducirse en un terreno con muchos intereses creados y una gran trama de complicidad”.

A partir de toda esta experiencia adquirida en dos grandes multinacionales primero, y con su propia consultora después, Trujillo trató de enseñar con su taller práctico al alumnado del CESIS cómo se gestiona un proyecto de RSC. El primer ejercicio consistió en invitar a los alumnos a que analizasen cómo se veían ellos como personas. Todo para demostrar, según Esther, que “no hay organizaciones responsables, sino personas responsables. Detrás de cada abuso hay una persona, por lo que considera que la responsabilidad de una organización es la suma de la responsabilidades de las personas que trabajan en ella”.

“A partir de ahí, para construir un proyecto de RSC óptimo”, continúa Esther, “lo primero que hay que hacer es analizar la historia de la organización (de dónde viene), la realidad («no es lo mismo estar en Arteixo que en Nueva York») y la misión (a lo que se dedica realmente la organización). Posteriormente, hay que decidir cuál va a ser su visión; es decir, determinar claramente hacia dónde quiere ir la organización en el futuro, pues la falta de visión lleva a trabajar si un rumbo definido y es una de las principales causas del mal clima laboral de las empresas. Le seguirá el establecimiento de sus valores o la forma de comportarse como organización, fijando los límites que no puedan traspasarse. Y, finalmente, se establecerá un marco legal donde se recojan esos valores, para que no sean ni interpretables ni flexibles. Es en este momento, y no antes, cuando se puede crear una cultura alineada a los valores de la organización”, concluye Esther.

Los “stakeholders” o grupos de interés

Según el filósofo americano Freeman, “un stakeholder es cualquier grupo o individuo que puede afectar o ser afectado por la consecución de los objetivos de la empresa”, o lo que es lo mismo, grupos que van a apoyar o no a nuestra organización a través de los medios de comunicación, las redes sociales… Para Trujillo, “un grupo de interés no identificado a tiempo puede llegar a hundir el proyecto de cualquier organización”.

Trujillo considera que “entre la organización y los grupos de interés tiene que construirse un diálogo verdadero, donde se busquen los intereses para ambas partes. Ese diálogo sirve para fijar el modelo de relación a seguir con dichos skateholders, estableciendo límites que aporten seguridad y que permitan que esas relaciones sean sostenibles en el tiempo, lo que se ha acuñado con el término de sostenibilidad”.

Por lo tanto, concluyó la docente, “a la hora de establecer la política de RSC de una organización, tenemos que reflexionar sobre los objetivos que nos proponemos y tenerlos claros. La consecución de objetivos, por otra parte, no está solo en nuestras manos, dependemos de terceros, por lo que debemos integrar las preocupaciones de los grupos de interés en la gestión empresarial, estableciendo límites que protejan las relaciones. Todo con el fin de construir una empresa que no sea solo humo, sino un proyecto con raíces, con valores”.

 

Pablo Prieto Buján
Periodista y alumno de la décima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.