Rosa Castizo: «Tenemos que pensar más allá de ser sostenibles y pensar en regenerar»

Coordinadora del Observatorio Iberoamericano de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático de La Rábida.
“Innovación y soluciones para hacer las paces con el medio ambiente”.

“Me gusta empezar la sesión intentando que imaginéis que estáis viajando en una nave espacial como muchos astronautas y que sufrís el efecto perspectiva: una sensación que se experimenta al contemplar la Tierra desde el espacio, una visión global que nos lleva a comprender la conexión entre todos los seres vivos y nos impregna de un sentido de responsabilidad hacia el cuidado del planeta”. Así dio comienzo Rosa Castizo su sesión sobre innovación y soluciones para hacer las paces con el medio ambiente.

Desarrollo sostenible: ¿Qué debemos sostener? Las alarmas ambientales

El 29 de julio de 2019 tuvo lugar el “Día de rebasamiento”, día anual en el cual hemos consumido nuestro presupuesto de bienes y servicios de la naturaleza. “El resto del año, vivimos de servicios prestados: a otras especies, a otras generaciones, a otros países (por la huella ética). Lo importante es que ese día de rebasamiento ha ido avanzando en el calendario. En 1970, ocurría el 31 de diciembre; ahora hay un déficit de recursos. Obviamente la tierra es capaz de regenerar sus propios recursos, pero cuando los gastas a mayor velocidad, se produce este desequilibrio que nos obliga a pedir prestado”. Castizo lo tiene claro: “Debemos sostener lo que tenemos y poder regenerar ese déficit que hemos ido acumulando”. Con esta lógica nació la economía donut, que propone establecer como prioridades de la economía reducir las desigualdades y garantizar la sostenibilidad medioambiental.

En las últimas semanas se ha hablado mucho del informe que encargó el Ministerio de Economía de Reino Unido, que defiende la necesidad de incluir la conservación de la biodiversidad entre los indicadores que utilizan los países para evaluar su grado de riqueza y prosperidad. “Es un paso increíble porque lo ha pedido el Ministerio de Economía y Hacienda, cuando lo suele hacer el Ministerio de Medio Ambiente”, expuso Castizo. En ese informe, relacionan los tres capitales: el humano, el producido y el natural. Este último ha ido perdiendo durante los últimos 30 años, el humano se ha mantenido y el producido se ha disparado. Pero, ¿cuáles son los compromisos de los países para frenar esta situación? Las contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) y los compromisos nacionales -no obligatorios- para no exceder el incremento de los 2º, compromisos que no son suficientes. “Si seguimos como estamos o con las NDC actuales, las temperaturas seguirán en aumento. Tras la pandemia COVID-19, la sensación, en términos de emisiones y cambio climático, es que ha habido un retraso, pero la tendencia sigue ahí y no es suficiente para bajar esos 2º que no deberíamos superar”, argumentó Castizo.

Soluciones

La ponente introdujo esta parte de la sesión contando cómo lleva ocho años sin generar residuos, a lo que quiso añadir que “la primera solución al cambio climático es un cambio de dieta”. Mencionó el informe Drawdawn, que se enfoca en identificar 100 soluciones muy concretas y enumerarlas en orden de facilidad de conseguir. “Lo que intentan es ver si se ha avanzado en las soluciones y revisarlas para bajar las emisiones”, explicó la ponente. También mencionó Doughnut Economics, que expone cómo asegurar un mínimo social sin sobrepasar límites planetarios. Remarcó el movimiento #movethedate, que resume dónde tendríamos que poner los 5 focos para bajar esa deuda que tenemos con los recursos naturales: ciudades, energía, alimentación, población y planeta. Otra solución es la economía circular, que rompe una linealidad: desde la fuente hasta el uso quiere evitar llegar al vertedero y que vuelva a alguno de los pasos de la cadena. En la actualidad solo el 8,6% de la economía es circular. “La palabra clave en economía circular siempre va a ser la eficiencia. Tenemos que mirar todo de manera sistémica y holística, porque el reto global es evitar un colapso medioambiental”, señaló Castizo. “Y, por supuesto, la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, con los ODS ambientales en la base”.

Pero, ¿es suficiente con ser sostenible? Necesitamos soluciones que sean capaces de regenerar el déficit acumulado. “Tenemos que pensar más allá de ser sostenibles y pensar en regenerar. Esto va un paso más allá de restaurar. Es más aspiracional. Tenemos que pasar de una ciudad en la que solo absorbemos recursos, a otra dentro de la bioregeneración”. Y este desarrollo regenerativo no es solo medioambiental, también es social, económico, político, cultural y espiritual.

Soluciones desde la innovación social

Por último, la ponente se centró en destacar algunas soluciones desde el punto de vista de la innovación social: el coche solar con una autonomía cada vez mayor, las hamburguesas y comida cultivadas en laboratorios para reducir el impacto de la carne, el proyecto AlVelal, la empresa al gramo o la app Too Good To Go.

La ponente concluyó la sesión con una breve reflexión: “El tener acceso a la información e informarse es un lujo que pocas personas nos podemos permitir. Mi certidumbre es que esto tiene que avanzar muy rápido. Tenemos un papel como ciudadanos. Estamos expuestos a decisiones sobre varios temas. Aprovechad la información. El valor de lo que podemos llegar a generar con nuestro cambio es mayor que el valor que estamos generando en el momento actual”.

 

Paula Santos Barbeito
Comunicadora y alumna de la décima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.