Pedro Regojo

Socio de Garrigues Abogados y Asesores Tributarios

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Pedro Regojo. Límites entre el legado familiar y el sentido de pertenencia

“¿Abandonar una empresa familiar supone traición?”. “¿Es mejor contar con un líder familiar o con un profesional externo?”. Son las dos preguntas que estuvieron en el aire durante la sesión de Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC, celebrada el pasado 22 de febrero a cargo de Pedro Regojo, socio de Garrigues Abogados y Asesores Tributarios. El legado y el compromiso familiar, como fuentes de desarrollo de la responsabilidad social, descubrieron a los alumnos la importancia de la familia como un grupo de interés más en la rutina empresarial.

El legado fue presentado por Regojo como “una de las principales diferencias entre sociedades cotizadas y no cotizadas”. El compromiso familiar, los valores, el sentido de pertenencia… incluyen factores que hacen del gobierno corporativo algo más sencillo, o bien todo lo contrario. Cuando un miembro de la familia quiere vender sus acciones y marcharse de una compañía que, por ejemplo, ha sido heredada, el debate va más allá de lo meramente económico. Los miembros de la sociedad pasan a cuestionarse sobre si la marcha de una persona rompe el valor familiar de la empresa, y buscan soluciones. Es el caso Propiedad y compromiso en la empresa familiar. Separación, ¿una traición?, editado por Garrigues.

“La inexistencia de un mercado organizado o de órgano regulador exige a los propietarios de empresas familiares o no cotizadas un especial esfuerzo de transparencia y autolimitación de su propio poder”, señaló Regojo a fin de destacar la importancia de incorporar criterios objetivos y externos, también, a este tipo de sociedades. Una toma de decisiones “transparente y ordenada” y la elaboración de un “mapa de riesgos” como eje de la “cultura preventiva” son clave, incidió el docente, para el buen funcionamiento de la entidad. “Algo así como el Pepito Grillo de la organización”.

Precisamente esa toma de decisiones y esa necesidad de emplear criterios objetivos en la misma centró parte del debate en torno al caso ¿Un líder familiar o un profesional externo?, también editado por Garrigues. “Ante la igualdad de aptitud, el ser miembro de la familia puede ser un plus a tener en cuenta”, concluyeron los alumnos, pero ¿y si el profesional externo está mejor formado? He ahí la fuente de discrepancias: “¿Pesa más el éxito económico de una empresa familiar o la unión de la propia sociedad?”, “¿es preferible pensar en los beneficios a largo plazo?”, “¿qué perspectivas de futuro tiene alguien ajeno a la familia en este tipo de compañías?”. Fueron algunas de las incógnitas planteadas por los presentes durante la sesión de Regojo.

“El compromiso de la propiedad con la actividad empresarial propia de la sociedad no cotizada es un valor esencial y transformador, que debidamente estructurado permite a las empresas crecer y desarrollarse”, concluyó el docente, y añadió: “eso sí, debe estar incorporado a un modelo de gobierno y de relaciones propiedad-gestión”.

Aida Mosquera
Periodista y alumna del Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC.