“Para unir la investigación con el desarrollo necesitamos que alguien sea capaz de sacarla del laboratorio para llevarla a la industria. Esto es la transferencia de tecnología”
Elías Rodríguez-Toral. Responsable del departamento de Open Innovation del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA)
Dentro del módulo de I+D y transferencia del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social de la Cátedra Inditex-UDC, Elías Rodríguez-Toral, responsable del departamento de Open Innovation del CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada), ofreció una sesión al alumnado basada en la transferencia de la tecnología como una responsabilidad inherente a la investigación.
Hoy en día la investigación se ha convertido en un proceso iterativo en el que participan distintos entornos, siendo estos el financiero, el científico, el tecnológico y el productivo. Esto genera que haya necesidad de expertos que conozcan mínimamente todos estos entornos, no solamente el científico. Este engranaje de diferentes entornos genera agentes que ayudan a establecer una correcta comunicación entre todos ellos. Un ejemplo de estos intermediarios serían las OTRI de las universidades, es decir, oficinas de transferencia de resultados.
A la hora de desarrollar un proyecto, el primer paso a seguir es gestionar el entorno financiero, explicó el docente. Se necesita definir cuáles serán los gastos de personal, fungible, equipos, etc., y a continuación buscar fuentes de ingresos a partir de vías como el plan nacional, fondos europeos o fondos privados, entre otros. Los resultados del proyecto se manifiestan a través de una memoria, publicaciones, tecnología o conocimiento, patentes o secreto industrial… pero también mediante otros como una tesis doctoral o una guía clínica. Lo normal es que los resultados sean de la entidad que ha pedido el proyecto, casi nunca es propiedad de la entidad que lo financia.
El ponente explicó a continuación los distintos tipos de investigación biomédica. La investigación básica, la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico. La segunda de ellas parte ya de trabajos desarrollados en la investigación básica con el objetivo de adquirir conocimientos nuevos orientados a un objetivo práctico determinado. Un ejemplo serían los ensayos clínicos. El desarrollo tecnológico, por su parte, comprende la utilización de los conocimientos adquiridos en la investigación aplicada para la producción de materiales, dispositivos, procedimientos o servicios nuevos. Si este know-how consigue salir al mercado se convertirá en una innovación.
“Para unir la investigación con el desarrollo necesitamos que alguien sea capaz de sacarla del laboratorio para llevarla a la industria. Esto es la transferencia de tecnología”, indicó Rodríguez-Toral. La transferencia de tecnología es, por lo tanto, el procedimiento por el cual se pasa de una investigación básica hacia generar realmente un producto que va más allá del conocimiento, el cual genera nuevos desarrollos tecnológicos, tejidos productivos o riqueza. A nivel público no existe apenas transferencia de tecnología.
Finalmente, Elías Rodríguez-Toral quiso que el alumnado comprendiese la diferencia entre la I+D y la innovación. Mientras que la primera se basa en encontrar nuevos productos, la innovación se basa en mejorar dichos productos. La necesidad de innovar surge de las exigencias del mercado y tiene un fin económico. En este sentido, el ponente concluyó: “Investigar es transformar dinero en conocimiento e innovar es transformar conocimiento en dinero”.
Úrsula Rey
Comunicadora audiovisual y alumna del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social