María López Escorial: “Las empresas pueden tener beneficios y al mismo tiempo generar impacto social”

María López Escorial. Presidenta de la Fundación Compromiso y Transparencia.

Los negocios en la base de la pirámide como generadores de impacto social centraron la sesión del jueves 2 de marzo, conducida por María López Escorial, consultora especialista en innovación social, mercados en la base de la pirámide y soluciones empresariales para combatir la pobreza, y actual presidenta de la Fundación Compromiso y Transparencia.

 

“En todo el mundo las personas más vulnerables luchan con mucho ahínco para intentar mejorar su situación», destaca la docente. ¿Cómo pueden entonces las empresas mejorar la vida de estas personas? A través de diferentes productos y servicios diseñados y pensados para dar respuesta a sus demandas.

Se entiende por base de la pirámide el conjunto de personas que viven por debajo de 4 dólares al día, lo cual suponen en la actualidad una población de 4.000 millones de personas. ¿Cuáles son sus características? Por un lado, la mayoría de ellas están en unos percentiles muy bajos de ingresos, viven alejadas de cualquier centro urbano y son menores de 30 años, pero lo cierto es que el mercado al que tienen acceso está muy poco servido y basado en una economía informal que resulta ineficiente y poco competitiva. “La pobreza es un problema muy complejo y se necesitan a todos los actores con los incentivos adecuados para combatirla”, subraya López Escorial.

Los actores que tradicionalmente se han involucrado en esta batalla contra la pobreza han sido las ONG, las agencias de desarrollo y los gobiernos. Sin embargo, es la empresa privada la que reúne las condiciones adecuadas para atajar estos problemas sociales porque es capaz de alcanzar escala, emplear a un número importante de gente y posee la capacidad de atraer capital de manera sostenible, además de ser eficaz y eficiente.

“Han sido las microfinanzas las que consiguieron demostrar que las empresas tienen un importante papel que desempeñar en la base de la pirámide”, explica López Escorial. Este sistema, que está muy extendido en los países en desarrollo, consiste en hacer préstamos -en su mayoría a mujeres- de cantidades muy pequeñas destinados a actividades productivas. Esta industria ha puesto de manifiesto que las personas de bajos recursos tienen necesidades que pueden ser cubiertas, y que además pueden pagar si se les ofrecen los recursos adecuados para hacerlo. Aún así, todavía hay importantes retos que afrontar, como el mayor alcance y cobertura de estos productos (sobre todo en zonas distantes) o el acceso a la población con los niveles de ingresos más bajos.

“Las microfinanzas son solo una de las necesidades de la base de la pirámide”, indica la docente, pero hay muchas otras que pueden convertirse en oportunidades para las empresas. En el sector de agricultura un ejemplo serían los sistemas de irrigación o los seguros de cosecha; en el energético, el acceso a la electricidad. Incluso los servicios profesionales de salud. En este tipo de negocios es importante priorizar el valor social, aunque para tener éxito hay que tener en cuenta otro tipo de factores como la innovación continua, el entendimiento de los clientes, la distribución en la última milla o la escala, entre otros.

Como ejemplo de negocio en la base de la pirámide desde la perspectiva de la política de Responsabilidad Social, la experta expuso el caso de la Fundación BBVA Microfinanzas, creada con el objetivo de universalizar los servicios financieros para impulsar el desarrollo económico y social.

En la segunda parte de la sesión, se analizó el caso de Danimal, en Sudáfrica, un producto con claros beneficios sociales que cumplía con los requisitos para su implantación en la base de la pirámide: precio asequible, red de distribución incentivada, capacitada y adaptado a las necesidades de los consumidores, aunque como explica López Escorial, “la rentabilidad también es necesaria para que puedan ser negocios sostenibles”.

En resumen, los negocios en la base de la pirámide tienen en la actualidad algunos retos que superar como son las dificultades de medición o la gran incertidumbre a la que están sometidos. Pero, por otra parte, es un modelo que tiene mucho potencial de negocio y que puede generar un gran impacto social y una buena reputación para la empresa si se hace correctamente.

Sandra López Salmonte.
Comunicadora audiovisual y alumna de la sexta edición del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social.