“Las soluciones a la pobreza deben tener en cuenta el entorno social de las personas”

Borja Monreal, especialista en políticas públicas e innovación social, fundador y co-director de SIC4Change.

Borja Monreal, especialista en políticas públicas e innovación social, fundador y co-director de SIC4Change, enfocó la sesión desde su experiencia en África, donde investigó, a base de probarlas, soluciones eficaces para luchar contra la pobreza. Ante una tendencia generalizada de retirada de fondos a la Ayuda Oficial al Desarrollo, hay consenso en que los mercados son los que tienen la capacidad de sacar a las personas de la pobreza, pero ¿cómo puede participar la empresa en entornos de cooperación? Y ¿de qué forma transforma esto al tercer sector?

El punto en común para la respuesta a ambas preguntas es la innovación social, que empieza a aplicarse desde la forma en que se identifican los problemas. En palabras de Monreal, “si miramos siempre desde la misma óptica no entenderemos nunca que problemas como la pobreza son multidimensionales y se interrelacionan con muchos otros”. Es por este motivo que, en el caso específico de la pobreza, no debemos reducir su definición a una cifra que marque su umbral. “Es fundamental abordar el entorno de las personas, evaluar cómo se define la falta de oportunidades en cada contexto”, ya que “cada uno se compara no solo con su entorno más cercano, sino que las percepciones se globalizan cada vez más”.

Esto llevó a abordar la importancia de las narrativas. A partir de la identificación del problema, Monreal planteó la necesidad de “diagnosticar la narrativa existente y contrarrestarla con un nuevo relato que cambie las percepciones que las personas tienen de sí mismas”. Con varios ejemplos explicó que hay proyectos de innovación social dedicados exclusivamente a trabajar en las narrativas y cómo estos luego se traducen en mejorar indicadores de empleabilidad.

A pesar de que todavía no haya muchas experiencias explotando el potencial de la innovación social en el ámbito de la cooperación, Monreal señaló que “la cuestión no es que la Ayuda Oficial al Desarrollo financie desarrollos tecnológicos, más bien se trata de introducir la innovación en los enfoques a la hora de abordar los problemas y de usar nuevas herramientas disponibles”. En este sentido, aunque las organizaciones sociales están acostumbradas a trabajar por proyectos que evalúan al final del proceso, Monreal recomienda cambiar el método por el de las start-ups “aplicar el procedimiento de prueba y error, con sucesivos pilotajes e iteraciones que permitan detectar y corregir fallos rápidamente”.

Otra de las herramientas que introduce la innovación social son las dinámicas participativas que se pueden aplicar a la búsqueda de soluciones a través de la co-creación. Se trata, según Monreal, de “crear posibilidades para el surgimiento de ideas, poniendo a cooperar a los actores implicados para crear alternativas”.

Precisamente la identificación adecuada de actores fue la llave para trabajar en el caso práctico ‘Sementes do Planalto’. En su análisis se vio la importancia de las conexiones entre diferentes grupos y capacidades, para así garantizar la continuidad de los proyectos. “Hay que repensar el modelo, no se pueden exportar soluciones sin atender al contexto”, señaló Monreal.

Pese a las dificultades que puedan encontrar empresas y tercer sector para luchar contra la pobreza, el mensaje fue de optimismo, ya que “existen las herramientas y los recursos, solo hace falta probar nuevas fórmulas y activar la cooperación de los actores adecuados para cambiar paradigmas de intervención”.

 

Ana Narváez
Periodista y alumna de la octava edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social