Joaquín de Paúl Ochotorena
Catedrático de Psicología Social. Universidad del País Vasco
Joaquín de Paúl Ochotorena. La necesidad de rendir cuentas para seguir adelante
Huir de la comodidad, buscar el cambio y, sobre todo, evaluar los pasos dados para poner en marcha los siguientes. Todo ello con una gestión eficiente de los recursos públicos, con transparencia y rendición de cuentas. Joaquín de Paúl Ochotorena, catedrático de Psicología Social en la Universidad del País Vasco, reivindicó en la sesión del Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC celebrada el pasado 3 de mayo una “cultura de evaluación de resultados, de evaluación de la eficiencia”, inexistente desde su punto de vista en los programas sociales de intervención temprana en menores. “No tenemos ni idea de si los programas y políticas sociales sirven para algo. No hay información sobre la eficacia alcanzada por esas políticas sociales y tampoco sabemos si el dinero que estamos invirtiendo sirve o no para algo”, afirmó el docente; todo ello, añadió, porque “prácticamente no hay ningún programa del que pueda decirse que está basado en la evidencia y en el impacto”.
De Paúl está convencido de que “existe una gran dificultad para saber si merece o no la pena seguir haciendo lo que hacemos”. Asegura que “en España no se sabe cuál es la diferencia entre el pre y el post” porque, dice, “no hay datos que hagan que los programas sean evaluables más allá de altas bajas y objetivos cuyos criterios se desconocen”. Tal y como el catedrático de Psicología Social comentó a los alumnos durante la jornada, buena parte de las dificultades de integración de las personas aparece en edades tempranas, por lo que se vuelve necesaria una intervención “desde que el niño nace o incluso antes, con la familia”, para que estas personas puedan “integrarse y formar parte del capital humano de la sociedad sin dificultades que les impidan convertirse en personas autónomas y dignas por sí mismas”.
Sobre la rentabilidad de este tipo de programas, el docente apuntó que, además de los beneficios personales que se buscan en toda intervención, “todo programa que sea eficaz con esa población -personas en edades tempranas- es, además, económicamente rentable, porque es menos costoso que tratar de resolver problemas en edades posteriores”. El “problema”, insistió, es la carencia de rendición de cuentas. “Es grave no saber cuánto mejor están los niños con los que se interviene, porque todo programa tiene la obligación de garantizar que sus resultados son los mejores”, subrayó. En este sentido, garantizó De Paúl, “los proyectos que generan mejoras en la vida de la gente suponen ahorro de dinero”. De hecho, concluyó, “si la actuación obtiene resultados, se autofinancia inmediatamente; eso sí, no basta decir que algo es bueno, hacen falta datos”.
Aida Mosquera
Periodista y alumna del Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC.