Jerónimo Payán: “La transparencia fiscal no es solo desnudarse ante la administración, sino también hacia el público”

La transparencia fiscal y el paradigma de una tributación justa en la era digital.
"La transparencia fiscal y el paradigma de una tributación justa en la era digital”

"

‘La transparencia fiscal y el paradigma de una tributación justa en la era digital’

“La transparencia fiscal no es solo desnudarse ante la administración, sino también hacia el público”, destacó Jerónimo Payán con respecto a la transparencia fiscal al comienzo de su sesión ordinaria el pasado 4 de abril. Bajo el título ‘La transparencia fiscal y el paradigma de una tributación justa en la era digital’, el director de impuestos para Europa y áreas globales en Telefónica desgranó algunas de las claves que dan respuesta al reto: transitar desde la opacidad hacia la sostenibilidad fiscal de todas las economías.

Payán quiso introducir la temática hablando sobre Responsabilidad Fiscal Corporativa con la normativa aplicable en España, introducida por medio de ley en 2014. La presión mediática y el activismo de algunas organizaciones son precisamente dos de los impulsos de las actuaciones legislativas, marcadas sobre todo por la transparencia fiscal como máximo exponente de la sostenibilidad. Los principios de buena fe y confianza legítima que deberían regir el funcionamiento de las Administraciones Públicas cobran especial relevancia en el actual sistema tributario. “¿En el marco de la transparencia fiscal qué cuento a la administración?”, preguntó Payán a la clase para introducir el ‘Country by country report’ (CBCR), obligatorio desde el 1 de enero de 2016 para grupos multinacionales con cifra de negocios superior a los 750 millones de euros.

Otro de los elementos de la transparencia fiscal es la contribución tributaria total, explicó el profesional, “cada vez más en boga”, por la labor pedagógica que implica para explicar esta contribución a través del informe de gestión consolidado. “Más allá de las cuentas de la compañía, este informe da un paso extra”, añadió.

Después de una introducción a la contribución de Telefónica y su relación entre la fiscalidad, el desarrollo sostenible y el negocio, Payán habló también sobre el mapa de riesgos fiscales de una compañía que trabaja sobre el nivel de probabilidad en que pueden ocurrir (remotas, posibles o probables) y en qué esfera se hallan. Con ello, Payán finalizó “un repaso desde donde estábamos hace 15 o 20 años en materia y transparencia fiscal y cómo hemos avanzado para que sea más transparente”.

Fiscalidad y economía digital

Payán dio paso entonces a la economía digital, que “ofrece un paradigma muy diferente” en un mundo de lo intangible. ¿Y cuál es el desafío de una sostenibilidad fiscal justa en la era digital? Es la pregunta que quiso responder el ponente como parte del debate: ¿pagan menos impuestos las compañías digitales?

En una comparativa de la tasa de pago de una compañía española como Telefónica, con las tasas de empresas lideres en los negocios digitales, se observa que sí se pagan menos impuestos, explicó el experto en su presentación. “Ahora somos competidores equiparables, pero no hay una equiparación justa”, destacó Payán, haciendo hincapié en la necesidad de tributar en aquellos países en los que ejerces tu actividad: “Al final sumas todos los países y obtienes una tasa media, pero aquellas que tributan únicamente en países como EEUU, se encuentran diferencias y una posición ventajosa para los que no tributan en todos los países en los que ejercen”.

En cuanto a los desafíos del negocio digital en comparación con el tradicional, el ponente insistió en esa dificultad para trackear por parte del consumidor a quién se paga y dónde. “A la hora de ver la trazabilidad del beneficio que generan fuera del país en el que tributan, es muy complicado”, explicó el experto. Este nuevo paradigma ha creado un cambio en las transacciones domésticas que han pasado al entorno digital en diversos sectores, como, por ejemplo, la sustitución de las agencias de publicidad locales por Google AdWorks, o de negocios como Toys ‘R’ Us por grandes multinacionales digitales, como Amazon.

Todo ello supone que los Gobiernos se enfrenten a una reducción clara de sus fuentes de recaudación tributaria y se refleja también en los niveles de cotización de estas grandes compañías, con hasta 100 veces más que las tradicionales empresas de telecomunicaciones europeas. En un ejemplo claro del poder de estas compañías tecnológicas se encuentra en la cifra clara de la Suma Capitalización Bursátil de todas ellas, que se sitúa en 8 billones, casi 6,5 billones por encima del PIB español.

¿Y dónde se crea ese valor? Los conocidos como productores digitales, con Estados Unidos, China y los países nórdicos a la cabeza, hacen complicado para el sistema fiscal actual capturar los ingresos de fuente extranjera de las compañías. Además, en el caso de los consumidores digitales, se encuentran dificultades para capturar el valor doméstico generado por plataformas digitales en el extranjero, y se generan problemas como una distribución inequitativa de la riqueza o la pérdida de soberanía fiscal de los Estados.

Planteados los problemas de la economía digital y para traer la tributación a los países consumidores, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se enfrenta a una equiparación con su proyecto BEPS, con 15 acciones “que intentan amparar todas las diferentes formas de evitar o minimizar la tributación fiscal”, explicó Payán. Hace un análisis muy detallado de lo que es la economía digital y como debe ser atajada y toma algunas medidas para poder paliar la problemática.

Entre esas medidas creadas se encuentra el Impuesto sobre Servicios Digitales, todavía vigente y a la espera de la puesta en marcha del Pilar 1. Con la directiva de servicios digitales se establecen los principales elementos de la economía digital y crea una serie de normas para determinar la base imponible.

Estas iniciativas empezaron hace más de diez años y se han materializado actualmente en dos iniciativas globales de la Comisión Europea. El Pilar 1 es la primera parte y pretende distribuir la tributación de las grandes compañías, lo que supondría derivar parte de la tributación de su país de origen hacia los países de consumo. Cuando este se ponga en marcha el Impuesto sobre Servicios Digitales desaparecerá, destacó el ponente. Está dirigido a compañías con una facturación de más de 20 mil millones de euros y una rentabilidad superior al 10%. En cuanto al Pilar 2, se pretende conseguir “que todos los países suban su tributación mínima al 15% y que no haya la competencia desleal para atraer empresas con una tributación menor”.

Payán quiso también especificar los retos para su propia compañía, Telefónica, antes de dar paso a la explicación del caso práctico centrado en Apple: ¿Qué ha pasado con Irlanda, la Unión Europea y Apple? Un problema de 13.000 millones. Divididos precisamente en esos organismos afectados, el alumnado trató de dar respuesta al caso desde la perspectiva tanto de la empresa, del país europeo, como de la UE, y tratar de encontrar los puntos fuertes en todas las posibles vertientes de la problemática, que ha puesto en jaque un total de 13.000 millones de impuestos que el gigante tecnológico americano supuestamente debe por haberse beneficiado de un régimen impositivo favorable que, en vista de la Comisión Europea, correspondía a una ayuda de Estado ilegal. Un caso todavía en auge, aunque con más de 10 años de historia, que sirvió al ponente para abrir un debate en el aula sobre lo que es o no es justo en materia de tributación.

Beatriz Nestar Bueno
Periodista y alumna de la decimotercera edición del Curso de Experto en Sostenibilidad e Innovación Social