Jerónimo Payán: “La sociedad no puede perder millones de euros por las lagunas fiscales en la tributación de la economía digital”

Director de impuestos para Europa y Digital en Telefónica
El desafío de la sostenibilidad financiera y fiscal en la era digital

Para referirnos a la sostenibilidad, es importante tener nociones del mundo fiscal. Con esa afirmación comenzó Jerónimo Payán su sesión en el CESIS el miércoles 13 de mayo, remarcando que la responsabilidad fiscal corporativa es una palanca fundamental para la sostenibilidad económica y social del planeta. Experto en impuestos, ámbito en el que trabaja desde 1995, Payán comenzó su carrera en la auditora Arthur Andersen, fue después responsable del área de fiscalidad internacional en Ferrovial y lleva casi veinte años en Telefónica. Licenciado por ICADE en Derecho y Ciencias Empresariales, es director de impuestos para Europa y Digital en Telefónica. En su sesión en el CESIS, dos claves: la importancia de una correcta estrategia fiscal en las empresas; y las asimetrías creadas en los últimos años con la irrupción de las grandes corporaciones del ecosistema digital que han generado situaciones de competencia desleal.

Jerónimo Payán recordó algunas de las consecuencias previsibles en España de la crisis de la COVID19 con una bajada del PIB de un 11%, la masiva pérdida de puestos de trabajo y un déficit de un 6%, lo que puede obligar a revisar la estrategia tributaria anterior a la pandemia. “El equilibrio es complicado y también hay que decir la falla entre la economía de Bolsa de Estados Unidos y la economía real, la de la gente de la calle. Estamos viendo estos días cómo algunas empresas suben en la cotización. Todas las grandes digitales, por ejemplo”, señala. También reconoce Payán algunas consecuencias positivas e inesperadas de la crisis como la integración de trabajo en remoto en nuestras vidas. “Tanto es así que en Telefónica hemos sellado durante estos días de confinamiento la fusión entre O2 y Virgin Media en Reino Unido, una operación valorada en casi 28.000 millones de euros y la más importante en la historia de la compañía”, relata.

De cómo en los últimos años se ha pasado de la opacidad fiscal y de la máxima jurídica todo lo que no está prohibido está permitido a la transparencia y a la necesidad de reportar, versó la primera parte de la sesión de Payán. “Con la Ley española 31/2014 por la que se modifica la Ley de Sociedades de Capital para la mejora del gobierno corporativo, se experimenta un gran cambio. El más importante es que los Consejos de Administración se dan cuenta de que el tema fiscal entra en su dinámica. No pueden mirar para otro lado, son responsables y deben dirimir sobre las cuestiones fiscales, por lo tanto se impone la transparencia social y fiscal. A partir de ahí, hay que gestionar los riesgos fiscales, mapearlos, explicarlos, publicar la estrategia”, afirma.

El gobierno fiscal en una empresa debe buscar el equilibrio entre la maximización del retorno de los accionistas incrementando beneficios con una contribución justa y razonable al sostenimiento de las finanzas públicas de los territorios. En un contexto de crisis económica, son los gobiernos los que ejercen presión fiscal para cumplir presupuestos, pero también hay presión mediática y activismo por parte de ONGs, que impulsan legislación por parte de organismos internacionales como la UE y la OCDE. Estos factores explican el cambio experimentado por la política fiscal de las empresas en los últimos años. “Sin olvidar el factor reputacional, el no hacer bien las cosas puede tener un impacto negativo con caídas de ventas muy importantes”, añade Jerónimo Payán.

El director de impuestos para Europa y Digital en Teléfonica quiso, en la sesión del CESIS, romper con la idea extendida de que las multinacionales no tributan como corresponde. Explicó cuál es la política de auditorías externas e internas en su empresa, con el departamento de compliance y sus semáforos de riesgo, y mostró cómo la multinacional española aporta a la Administración pública en los diferentes países en los que opera, con impuestos directos y la tributación por empleados, a través de tasas como las que pagan las empresas de telecomunicación en España para financiar la televisión pública. “Hasta hace nada los cálculos que se publicaban se basaban en el resultado económico global de una empresa, en todos los territorios, en relación a los impuestos que se pagaban en España. Con lo cual, el porcentaje resultante era bajo. Desde el año pasado, la Agencia Tributaria ya habla de un 20% de impuestos de las multinacionales, que se acerca más a la realidad”, comenta Payán, que recuerda que hasta mediados de los años noventa las empresas españolas no tenían presencia internacional.

 Asimetrías y economía digital
¿Cuáles son entonces las asimetrías respecto a la tributación a las que se refiere Jerónimo Payán y que generan un gap entre países en el pago de impuestos? “Esta grieta implica muchos millones perdidos en impuestos, en muchos países en vías de desarrollo que los necesitan. Pensad en la extracción de minerales en África, donde se pierde mucha recaudación por una fijación errónea de precios”, comenta. Pero el centro de la intervención del responsable de impuestos de Telefónica fue la tributación de la economía digital y las desventajas competitivas que se generan. “Tenemos que hablar aquí de los sospechosos habituales, los Facebook, los Google, los Apple, los Netflix…Ya de partida nos encontramos con que los sectores tradicionales se basan en la presencia, en la trazabilidad de sus bienes y mercancías, y su presencia operacional en el territorio. En la economía digital, el modelo de negocio son servicios. Las empresas de mayor capital bursátil son las digitales, que han crecido exponencialmente en los últimos 8 años y de manera destacada en esta crisis del coronavirus”, explica.

Se refiere Jerónimo Payán a compañías fundamentalmente americanas que han crecido mucho en el exterior, con un modelo de negocio en el que el flujo de datos es fundamental y para el que no hay fronteras. Multinacionales que tributan sólo en Estados Unidos, también por las filiales establecidas fuera desde la reforma fiscal de Donald Trump aprobada a finales de 2017. “Estamos ante una fiscalidad complicada. El mundo se divide entre productores digitales, Estados Unidos, China y los países nórdicos; y consumidores digitales, casi toda Europa, América Latina y los países en vías de desarrollo. ¿Cómo se captan impuestos? Ese es el desafío ante empresas como Facebook, que en España tienen 40 empleados, o Google, que maneja el 80% de la tarta publicitaria en todo el mundo”, comenta. El caso práctico que formuló al alumnado del CESIS fue el litigio a tres partes, Apple, Irlanda y Comisión Europea, sobre los acuerdos fiscales entre la compañía y el gobierno irlandés, que, de acuerdo a las autoridades europeas, ha supuesto una ventaja injustificable y una pérdida en impuestos entre 2003 y 2014 de más de 13.000 millones de euros.

Países como Italia, Francia o España, con la tasa Google aprobada pero aún sin aplicar, intentan establecer impuestos propios sobre las multinacionales digitales, pero el responsable de Telefónica insiste en la necesidad de un marco común. El intento de la UE con la directiva sobre servicios digitales no alcanzó la unanimidad y en este momento la OCDE se ha puesto manos a la obra sobre dos pilares: el reparto de la carga tributaria sin generar nuevos impuestos y la mejora del proyecto BEPS (Base Erosion and Profit Shifting), surgido en 2013 para abordar las prácticas de evasión de impuestos. En la opinión de Jerónimo Payán, esto puede cambiar sustancialmente y de manera positiva el panorama fiscal, no sólo en el ámbito digital, y contribuir a la definición de la sostenibilidad financiera de las compañías, esencial para los inversores.

 

Arancha Estévez Lavandeira
Periodista y alumna de la novena edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social