Jerónimo Payán: «La estrategia y responsabilidad fiscales son una pieza clave de los planes ESG de cualquier compañía»
Director de impuestos para Europa y áreas globales (Tech, Digital e Infraestructuras) en Telefónica.
“La Transparencia Fiscal y el paradigma de una tributación justa en la era digital”
Como destacaba la directora de Cátedra Inditex-UDC, Marta Rey, durante su introducción de la vigésimo segunda sesión de la duodécima edición del CESIS, hoy en día es inconcebible que una compañía no contemple como aspectos materiales el pago a proveedores o la responsabilidad fiscal. Respondiendo a esta necesidad, el 23 de marzo Jerónimo Payán impartió una sesión destinada a profundizar en las cuestiones relativas a la financiación y la sostenibilidad.
Payán cuenta con una trayectoria de más de veinte años en el área fiscal dentro del Grupo Telefónica, siendo actualmente director de impuestos para Europa y áreas globales (Tech, Digital e Infraestructuras) en la compañía. Como apoyo para el desarrollo de la sesión, el ponente vino acompañado de Gerardo Díaz, colega de su departamento dentro de la empresa.
Hacia la transparencia fiscal
Payán comenzó explicando el tránsito necesario desde la opacidad fiscal y la máxima jurídica “todo lo que no está prohibido está permitido”, a la responsabilidad, transparencia y la necesidad de reportar, llegando a la sostenibilidad fiscal de las economías. Como explicaba el ponente, en este avance es fundamental la Ley 31/2014, por la que se modifica el Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital para la mejora del Gobierno Corporativo (LSC). Esta ley “obliga a la involucración del Consejo de Administración en el ámbito fiscal, la gestión de riesgos fiscales, la determinación de una estrategia fiscal, la supervisión de los sistemas de control interno y una mayor vigilancia de las actividades en paraísos fiscales”, indicó.
Payán remarcó la necesidad de que la función fiscal en las empresas “equilibre la maximización del retorno de los accionistas con una contribución justa y razonable al sostenimiento de las finanzas públicas de los territorios”. Esta responsabilidad viene dada no sólo por el uso de infraestructuras físicas del Estado donde operan las empresas o su contexto jurídico-económico, sino también por el impacto reputacional y la presión mediática y de organizaciones cívicas (ONGs) que han impulsado actuaciones legislativas por parte de organismos internacionales como la UE o la OCDE.
“La transparencia fiscal de una compañía se basa en la comunicación de su actitud ante los impuestos, la claridad sobre su tributación y la seguridad de que ofrecen un cumplimiento fiscal responsable en los países en los que operan”, desvelaba el ponente. Para mejorar esta transparencia es clave la identificación y gestión de riesgos fiscales que, aclaraba, “no consisten en la infracción de la ley, sino en la posibilidad de la empresa de hallarse en un caso no contemplado en la norma, con la consecuente incertidumbre”. También cobra importancia el reporte de la propia compañía en materia fiscal, destacando especialmente el Country By Country Report (CBCR), un resumen obligatorio sobre datos básicos contables desagregados por país en los que la compañía opera, así como la Contribución Tributaria Total, a través de la cual las compañías hacen una labor pedagógica desgranando precisamente su contribución, teniendo en cuenta los territorios en los que opera o los impuestos recaudados y soportados.
Fiscalidad y economía digital.
Para cerrar la primera parte de la sesión, el ponente introdujo las asimetrías creadas en los últimos años debido al crecimiento del negocio digital y la servitización. “Los modelos más tradicionales tienen una mayor presencialidad, facilitando la soberanía impositiva y estableciendo sociedades de negocio permanentes en cada país”, comentaba Payán, diferenciando que “en la economía digital los modelos de negocio se basan en los servicios y datos. Las empresas presentan unos flujos digitales más difíciles de trazar, con una asimetría entre dónde se usan estos servicios y dónde generan la renta, complicando su sometimiento a tributación”.
En este contexto surge el proyecto BEPS, creado por la OCDE y el G20 para abordar la evasión fiscal, mejorar la coherencia de la normativa fiscal internacional y garantizar una fiscalidad más transparente. “Entre los últimos avances del proyecto se encuentra el desarrollo un Plan para remediar los desafíos fiscales que plantea la digitalización de la economía y que por el momento contempla dos soluciones”, destacaba el ponente, “Si pensamos en la tributación como una tarta, el pilar 1 consistiría en un mejor reparto de esta para los países implicados, mientras que el pilar 2 se basaría en aumentar el tamaño de la tarta, exigiendo una tributación mínima del 15% en cada territorio”.
En la segunda mitad de la sesión el alumnado del CESIS formó tres grupos representantes de Apple, el gobierno de Irlanda y la Comisión Europea. Utilizando el caso real de acuerdos fiscales entre el país y la compañía norteamericana, profundizaron en la complejidad de los temas tratados a lo largo de la sesión, especialmente la dificultad de llegar a una resolución única y total, debido en parte a la subjetividad y gran cantidad de intangibles envueltos en este ámbito.
Alejandro Fernández Marzoa
Alumno de la duodécima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.