Javier Gavilanes: «Todos los países tenemos el mismo horizonte vital, todavía estamos en desarrollo»

Jefe de la Asistencia Técnica Internacional del Programa ADELANTE de la Comisión Europea.
“Agenda 2030 para el desarrollo sostenible”

 

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU en el contexto de la Agenda 2030, componen, sin duda alguna, un manual fundamental para cualquier persona que se adentra en el ámbito de la sostenibilidad. El pasado miércoles 25 de enero el alumnado del CESIS de la Cátedra Inditex-UDC tuvo la suerte de contar con una sesión magistral para complementar este material escrito, en la que amena y pormenorizadamente se desgranaron la historia, dedicación y compromiso que han posibilitado la existencia de los ODS en el contexto internacional contemporáneo.

Y, a cargo de la sesión, quién mejor que Javier Gavilanes, abogado y especialista en relaciones internacionales, miembro del equipo que preparó la presentación de España en 2018 al examen nacional voluntario de Naciones Unidas sobre la implementación de la Agenda 2030. Además, desarrolló el Plan de Acción para la adaptación y recontextualización de los ODS en el territorio español, y fue colaborador del Gobierno en el primer ejercicio en España sobre presupuestación pública orientada a la Agenda 2030. Actualmente, Gavilanes es jefe de la Asistencia Técnica Internacional del Programa ADELANTE, un programa regional de la Unión Europea y de la Dirección General de Asociaciones para fomentar la Cooperación Triangular entre Europa y América Latina y el Caribe.

Los comienzos: Objetivos de Desarrollo del Milenio

A pesar de que la Agenda 2030 y los ODS son relativamente recientes, su ideación proviene de sus predecesores, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Durante la primera parte de la sesión con Gavilanes, se realizó un recorrido histórico por los principales acontecimientos que permitieron esta transición. Recordaba el ponente la frase de Kennedy “a rising tide lifts all boats” como resumen perfecto de la situación de la segunda mitad del siglo XX, en la que el desarrollo económico gobernaba todos los aspectos.

Remontándose al año 2000, a partir la Cumbre del Milenio de la ONU se establecieron los 8 Objetivos del Milenio, que, siguiendo las reflexiones de figuras como Amartya Sen (Premio Nobel de Economía en 1998), cambiaron el paradigma. Se introdujo el componente humano y la libertad como aspectos imprescindibles del desarrollo, más allá de los indicadores económicos.

Los 8 objetivos acordados en la Cumbre del Milenio incluían: pobreza, educación, igualdad, reducción de la mortalidad de menores de 5 años, mejora de la salud materna, lucha contra el sida, la malaria y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medioambiente y fomentar una alianza mundial del desarrollo. Los ODM componían una agenda contra la pobreza, en la línea del trabajo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

“En su aplicación, hubo puntos positivos, como el consenso internacional conseguido, el establecimiento de indicadores de medición o los procesos de seguimiento. Pero también hubo sombras como la falta de participación de muchos países de renta media o el no haber recogido puntos esenciales para el desarrollo”, subraya Gavilanes.

La Agenda 2030: desarrollo, humanidad y sostenibilidad

Desde el establecimiento de los ODM con vistas a 2015, el panorama y contexto internacional en el que los objetivos actuaban volvió a mudar. Entre el año 2000 hasta el 2015, hubo una serie de puntos de inflexión que crearon los cimientos para el establecimiento de los ODS que conocemos hoy en día.

En la Declaración de París de 2005, junto con el II Foro de Alto Nivel sobre Eficacia de la Ayuda, se establecen los cinco principios que regirían las actividades entre países donantes y donados (que pasarían a denominarse socios): alineamiento, apropiación, armonización, gestión de resultados y mutua responsabilidad con rendición de cuentas. “El más rico no puede dirigir los procesos”, como resume Gavilanes. Precisamente, a raíz de la Declaración de París, se constituyen la Agenda de Eficacia de la Ayuda y la Agenda de Financiación para el Desarrollo, cambiando por completo la manera de trabajar de los países implicados.

Doce años después de la Cumbre del Milenio, la Cumbre Río+20 supone otro de los mayores puntos de inflexión, trasladando el foco al desarrollo humano sostenible. “Es realmente en 2012 cuando se decide 2015: se rompe la dicotomía países ricos/países pobres y se ponen en marcha once consultas globales, regionales y locales, la encuesta “My World” y se establece el Open Work Group”.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible

En septiembre de 2015 los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprueban los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte de la Agenda 2030. La agenda buscaba la participación de gobiernos y sociedad, sin olvidar la pobreza pero orientada hacia el desarrollo humano sostenible, con un carácter multidimensional, integrando el ámbito económico, social y medioambiental.  “La Agenda 2030 es hecha por personas para personas”, sintetiza Gavilanes.

“Uno de los retos más preocupantes era que los ODS fueran comunicables, que llegasen a la ciudadanía. De ahí surgen las cinco Ps: People, Prosperity, Planet, Peace y Partnership, que, además de aplicarse como elemento de comunicación, reintroducen las bases de la Agenda 2030”, explica a continuación. El orden de aplicación refleja, de cierto modo, el progreso desde la orientación hacia las personas y su bienestar, hacia su prosperidad, para la cual es necesario cuidar el planeta, desde la paz y colaboración entre personas y naciones.

Los 17 ODS y las 169 metas que los componen forman un vínculo interdependiente entre ellos mismos y los países, requiriendo el compromiso, esfuerzo y trabajo compartido entre todos los países en vías de desarrollo que, como resalta el ponente, son todos. Con un enfoque sistémico y en asamblea general, la implantación de los ODS cuenta con un sistema de indicadores y compromisos a nivel global, regional, nacional e incluso local, que además se retroalimenta, así como un sistema de seguimiento y rendición de cuentas. Para este seguimiento, Gavilanes recalca la importancia de la examinación interpares y la transparencia en lugar de la sanción.

A la hora de aplicar prácticamente los contenidos de esta sesión adquiridos, los alumnos del CESIS divididos en grupos trabajaron en diseñar un plan de acción para una empresa a escoger, dentro del marco de los ODS.

Para finalizar la sesión, se habló sobre la implicación de España con la Agenda 2030. A nivel externo, con la participación en los Open Work Groups entre 2012 y 2015, así como la presentación al Examen Nacional Voluntario tanto en 2018 como 2021. Internamente, con la creación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 en España,  y la Comisión delegada del Gobierno para la Agenda 2030.

Gavilanes narró su involucración en la implantación de la Agenda en España: “durante meses fuimos ministerio a ministerio para leer juntos la Agenda. Todos los departamentos se daban cuenta de dos cosas: primero, que la Agenda tenía que ver con ellos, y, segundo, que los ministerios eran muy buenos en muchas metas. La Agenda está también para ponerte en valor, no solo para sacarte los colores”.

En 2023 hemos pasado ya el ecuador de la carrera de fondo que supone la implementación de la Agenda 2030 en la que, a pesar de los grandes avances conseguidos, aún queda mucho trabajo, y colaboración para llegar al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en 2015.

Alejandro Fernández Marzoa
Alumno de la duodécima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.