Helena Redondo: «No pensemos que la información no financiera es la hermana pobre de la financiera»

Socia emérita de Deloitte.
"La información de las empresas: pilar esencial de las políticas de sostenibilidad”.

Con el objetivo, entre otros, de que los alumnos obtuviesen una visión clara de la situación actual en cuanto a información corporativa de sostenibilidad de las empresas, Helena Redondo impartió su sesión del CESIS el pasado jueves 8 de abril poniendo especial atención sobre los requerimientos en cuanto a información no financiera (criterios ESG) . Helena Redondo inició su carrera profesional en Arthur Andersen en 1987, y en 2001 fue nombrada socia. Estuvo en Deloitte de 2002 a 2020, donde desarrolló los servicios de Gobierno Corporativo y Sostenibilidad de la firma en España. Ha sido consejera y presidenta del Comité de Ética de Deloitte España, miembro del Comité Global de Sostenibilidad de Deloitte, secretaria de la Fundación Deloitte y docente en diversas universidades e instituciones educativas dirigidas a postgraduados. En la actualidad, compagina su actividad docente con la investigación en el campo de la economía y la sostenibilidad. Redondo expuso los estándares y herramientas utilizadas por las empresas para reportar la información no financiera, aunque remarcó que “no es verdad que sea información no financiera, es tan financiera como el balance de la cuenta de resultados de una compañía”.

La socia emérita de Deloitte comenzó su sesión dando respuesta a la pregunta ¿Por qué es clave la información de sostenibilidad para desarrollar políticas de sostenibilidad? «Porque mejora la credibilidad en la gestión y la confianza de los grupos de interés, porque ayuda en la toma de decisiones, porque ayuda a transmitir la imagen fiel de una entidad además de entender su competitividad y porque lo que no se mide no existe». Redondo quiso poner en contexto al alumnado explicando brevemente las cuentas de una compañía: el balance de situación, la cuenta de resultados, el estado de caja y la memoria (donde se explican las cuentas). “Si sabes entender las cuentas de una compañía, tomarás mejores decisiones”, señaló.

En la década de los 90, algunas compañías empezaron a incluir cuestiones medioambientales en sus informes anuales, pero es hasta el año 2000 cuando aparecen los primeros informes de sostenibilidad. “Con la crisis de Enron, cambia la regulación. Se dieron cuenta de que realmente lo que había era una crisis de gobierno corporativo. De los criterios ASG, la letra que se reguló en las empresas cotizadas fue la letra G, se puso el foco en el gobierno corporativo”, expuso Redondo. Entonces, centrándose en el contexto español, apuntó las tendencias e iniciativas regulatorias más transformadoras: la ley de auditoría de 1989, la modificación del 2015 de la Ley de Sociedades de Capital, la normativa europea de 2017 de información no financiera y la trasposición a España con la ley 11/2018, que supuso un nuevo avance en la regulación del reporting de información no Financiera. “La creciente demanda de información no financiera o de RSC ha favorecido al desarrollo de estándares para un reporting preciso, homogéneo y de calidad”, señaló Redondo.

El Informe Integrado

Durante la segunda parte de la sesión, la ponente profundizó en los estándares de reporting ASG donde señaló algunos ejemplos como: el Global Reporting Initiative (GRI), “que presenta una estructura más flexible y preparada para el futuro y pone el foco en temas que sean materiales”; International Integrated Reporting Comitee (IIRC), “que pretende crear un consenso global sobre la dirección en la que la información corporativa debe evolucionar creando un marco conceptual al respecto”; AA1000 APS 2008, Accountability, “cuyo objetivo es proporcionar una serie de principios que sirvan para formular y estructurar la forma en la que las organizaciones entienden, gobiernan, administran, implementan y evalúan sus responsabilidades”; ISO 26000 (Guía para la Responsabilidad Social), “que orece orientación a organizaciones de todo tipo para la inclusión de la responsabilidad docial (RS) en sus actividades”; SASB, “que es una organización sin ánimo de lucro que proporciona estándares de reporte de información relevante de sostenibilidad en función de su sector de actividad”; el Pacto Mundial, “que es una iniciativa internacional propuesta por Naciones Unidas cuyo objetivo es conseguir un compromiso voluntario de las entidades en sostenibilidad”; la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, “con los ODS que las compañías utilizan como complemento en sus reportes”; y el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), “que nació con el objetivo de desarrollar recomendaciones aplicables a la información financiera de las compañías en relación a los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático”.

 

Paula Santos Barbeito
Comunicadora y alumna de la décima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.