Esther Trujillo: “Una empresa no puede ser responsable si las personas que están allí no lo son”
Esther Trujillo. Profesional experta en ética y relaciones institucionales. Fundadora de PLanBET Estrategias.
“Son las personas las que hacen las empresas y toman las decisiones”. Así comenzaba Esther Trujillo el taller práctico del jueves 19 de enero. Esta profesional, experta en ética y relaciones institucionales y fundadora de PlanBET Estrategias, empezó la sesión invitando a una reflexión individualizada del alumnado sobre cuestiones tales como los valores personales, las capacidades propias o las expectativas de futuro.
Para trabajar desde un enfoque más práctico, durante el taller se realizaron trabajos en grupos para poder identificar y analizar aspectos tan relevantes en una empresa como su historia, misión, visión y valores. “Cuando las empresas no tienen claro a lo que se dedican pasan cosas horribles”, afirma Trujillo, por eso es necesario reflexionar sobre todas estas cuestiones. La Responsabilidad Social, si quiere desarrollarse de verdad, tiene que estar implícita en la propia visión de la empresa, que marca el horizonte hacia donde se quiere dirigir. El problema, según la docente, es que algunas empresas generan visiones que no han tenido en cuenta la propia realidad de la empresa ni su misión, y eso genera desajustes.
Por otro lado, la realidad nos muestra cómo el modo de trabajar de las empresas es muchas veces desestructurado, es decir, cada cual procura sus objetivos personales o de sus departamentos, sin tener en cuenta la visión global.
Para conseguir que cada una de las personas trabaje realmente para perseguir la visión de la organización, debemos crear valores que la gente comparta de manera natural porque “si la propia empresa no da ejemplo, ningún empleado se lo va a creer”. El gran debate cuando una persona llega a una organización es que le presentan unos valores, pero no todo el mundo los entiende de la misma manera. “El mayor elemento de conflictividad en las organizaciones es la subjetividad con respecto a sus valores”, por eso hay que “vigilar que los valores se conviertan en conductas concretas”. “Los valores tienen que convertirse en límites para las personas”, subraya Trujillo, y esto es positivo para proteger a las empresas y las propias personas trabajadoras, ya que crea un marco de convivencia y actuación y reduce considerablemente el nivel de conflictividad laboral.
Lo cierto es que para avanzar se hacen renuncias y es innegable que se trata de es un proceso que cuesta, según esta experta en ética y relaciones institucionales, “la realidad más cierta en torno a la Responsabilidad Social es que es un proceso de cambio, y como tal genera resistencias”.
La última parte de la sesión fue destinada a identificar los grupos de interés, definidos como una persona o grupos de personas que pueden influir o afectar a la consecución de los objetivos de la empresa o que pueden verse afectados por los mismos. Es importante en este análisis tener en cuenta la representatividad y la legitimidad de cada uno de los grupos y mantener un diálogo adecuado con cada uno de ellos.
Sandra López Salmonte.
Comunicadora audiovisual y alumna del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social.