“Es muy difícil construir una gran marca, pero muy fácil destruirla”

Manuel Areán. Catedrático de Derecho Mercantil en la Universidade da Coruña. Secretario General y de los Consejos de Administración en Corporación Voz de Galicia.

IMG_9062

Manuel Areán, Catedrático de Derecho Mercantil en la Universidade da Coruña y Secretario General y de los Consejos de Administración en Corporación Voz de Galicia, impartió una sesión teórica sobre Propiedad Intelectual e Industrial a los alumnos y alumnas del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social de la Cátedra Inditex-UDC.

Para comenzar, el profesor Areán quiso hacer una distinción entre dos grandes ramas o conceptos. Por una parte la innovación y por otra, de manera separada, la diferenciación o la distinción. La primera suele tener un mayor efecto sobre la economía, puesto que se nota más, pero hay importantes organizaciones que son casos de éxito y que no se caracterizan por llevar o haber llevado a cabo grandes invenciones, sino por diferenciaciones que lograron conseguir un gran valor de marca. Expuso como ejemplo de ello al propio Grupo Inditex. “No solamente cuenta la innovación, sino la diferenciación. No debemos impedir que otros amplíen después de nosotros, generalizando esta invención para que se puedan beneficiar muchas más personas”, indicó.

Las patentes, las marcas o la Propiedad Intelectual, entre otros, tienen el don de la ubicuidad, y mucho más tras una apertura de la economía. Por ello, es vital evitar su mal uso, su falsificación, etc. Es importante hacer una gestión adecuada de todos ellos para construir una buena imagen de marca. El Catedrático de Derecho Mercantil en la UDC añadió: “Es muy difícil construir una gran marca, pero muy fácil destruirla”.

En esta línea, el ponente quiso resaltar la existencia de las denominadas marcas genéricas. Se trata de marcas que, al comercializar un producto previamente inexistente, se terminan convirtiendo en la denominación del propio producto. Es el caso de marcas como ‘Post-it’ o ‘Kleenex’. En estos casos, la marca siempre corre el riesgo de caer en la vulgarización o el mal uso.

La Propiedad Intelectual o Industrial implica que, en una economía de mercado como la actual, no se puede competir con todo el mundo. Esto puede chocar con la economía abierta y sistemas de libre circulación como la Unión Europea. Surge aquí el debate que cuestiona a qué deberíamos dar prioridad: ¿al comercio o a la protección de la Propiedad Industrial e Intelectual? Establecer el punto de equilibrio es muy complicado, mucho más en un momento de cierto escepticismo como el que vivimos hoy en día. El docente ve aquí una necesidad de que la legislación de marcas en los distintos países sea sustancialmente idéntica.

Las patentes tienen una duración de veinte años, mientras que los derechos de autor llegan a durar setenta años desde que el propio autor fallece. Esto no ha sufrido cambios, pero aquello que se patenta o de lo cual uno puede ser autor, sí. Hoy en día se pueden registrar diversos sonidos (como, por ejemplo, el famoso sonido del león de la Metro Goldwyn Mayer) o patentar materia viva, como es el caso de los microorganismos como resultado de investigaciones científicas. Incluso algunos colores pueden ser registrados. Para finalizar, el profesor Areán explicó el caso de la marca de chocolates Milka, la cual consiguió demostrar ante la Justicia que el color morado que utilizan en sus packagings forma parte de su imagen de marca, está registrado y no puede ser utilizado por ninguna otra empresa de chocolates.

 

Úrsula Rey
Comunicadora audiovisual y alumna del Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social