Enrique Manciñeira Alonso

Jefe del Área de Planificación y Estrategia Portuaria del Puerto de A Coruña. Profesor asociado en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Universidad de A Coruña (UDC)

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La importancia de contar bien las cosas que haces bien, según Enrique Maciñeira Alonso

Haber sido Director Técnico de la Autoridad Portuaria de A Coruña le ha valido a Enrique Maciñeira Alonso, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, para demarcar con perspectiva cuál es el territorio común en el que conviven administración pública y Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Aunque comparten muchos de los registros, Administración Pública y sector privado se diferencian en el principal objetivo que persiguen al implantar estrategias en materia de RS. Aceptada es la querencia de influir en el mercado, buscando elementos de diferenciación que, haciendo más atractivo el producto resultante, ofrezcan ventajas competitivas con respecto a los potenciales competidores. Esta utilidad de carácter netamente comercial de la RS, tradicionalmente vinculada al quehacer de la empresa, pierde fuelle si hablamos de la administración pública: la mejora reputacional es aquí el principal objetivo, reforzando la confianza en las entidades y aumentando el compromiso de los servidores públicos. Elemento indispensable de la reputación es, además de hacer las cosas bien, contarlo, sin perder de vista el perverso riesgo que acompaña a esta exigencia: acabar haciendo las cosas, únicamente para contarlas.

La RSC aparece como la esencia misma de la administración pública, y los dos vectores a través de los cuales se materializa son la gestión ética y la actividad estratégica -en cuanto al valor de la planificación-. La ética pública se concreta en principios que darán origen a valores, léase, honestidad, integridad, transparencia y orientación hacia el bien común. De ahí que, en palabras del ponente, “el servidor público deba de ser ejemplarizante tanto en su vida pública como en su vida privada”. Además del ético, el enfoque integrativo es el más presente en la administración, aquel que se centra en detectar y conocer las necesidades de sus grupos de interés.

Un análisis del caso de la Autoridad Portuaria de A Coruña ocupa la segunda de las sesiones: cómo esta entidad, más cerca de una pyme en cuanto a tamaño y facturación que por el potencial impacto de sus actuaciones, entiende y aplica estrategias de RSC. Es este impacto medioambiental, económico y social derivado de su actividad diaria lo que hace del sector portuario uno de los sectores que, como pocos, en mayor grado ha de comprometerse y contribuir en términos de sostenibilidad. Su estratégica ubicación, en el mismo centro de la ciudad, explica la desigual distribución de los efectos de su actividad, siendo ésta mayormente la razón por la que muchos coruñeses todavía a día de hoy dicen no sentirse identificados con su puerto o “vivir de espaldas a él”. Sus negativos efectos ambientales y sociales se concentran en el entorno más cercano o inmediato, mientras que sus tan positivos efectos económicos se dispersan y difuminan en clave territorial.

Cambiar esta estrategia de tensión por una estrategia de colaboración con la propia ciudad, es el motor que ha promovido en gran parte la implementación de estrategias de RS desde que, en el año 2007, se crea un Comité de Responsabilidad Social Corporativa que persigue anticipar los problemas que están por venir, mirando al puerto “desde fuera del puerto”.

 

Noelia Salido
Socióloga, investigadora y alumna del Posgrado en Responsabilidad Social de la Cátedra Inditex-UDC