Elías Rodríguez- Toral

Responsable del departamento de Gestión de Investigación. CIMA, Universidad de Navarra

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Elías Rodríguez-Toral: “Dinero para investigar hay, pero hace falta ser competitivo para conseguirlo”

“Donde no hay hueco, a fuerza de codazo se puede crear”. Así introdujo el responsable del departamento de Gestión de Investigación del CIMA de la Universidad de Navarra, Elías Rodríguez-Toral, su intervención en el Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC el pasado 28 de marzo para, una vez se hizo con la atención de los alumnos, concretar más allá de metáforas: “Dinero para investigar hay, se requiere ser bueno y cuadrar muy bien lo que se va a necesitar para buscar un sistema de financiación adecuado. Hace falta ser competitivo para conseguirlo, porque lo que en los años ochenta era un auténtico galimatías, en los noventa, y ahora, es matrix”.

La relación de la competitividad con la excelencia y la justificación de la misma para el reparto de fondos entre centros de investigación y/o proyectos se hizo con el debate en el aula. Adjudicar inversiones solo a centros punteros y que aquellos considerados menos competitivos se integren en los primeros, o bien que las ayudas e inversiones lleguen a todos independientemente de su notoriedad. “No es más fuerte la especie que sobrevive, sino la que se adapta mejor al cambio”, recordó Rodríguez-Toral parafraseando a Darwin. Entonces, los presentes cuestionaron al docente sobre la creación de beneficio y el interés económico de los centros de investigación. “No somos una ONG”, respondió el biólogo. “Pero si algo estamos aprendiendo en este curso es que la responsabilidad social no es solo cuestión de ONG”, subrayó un alumno. “Cuando hablamos de generar riqueza no nos referimos tan solo a un valor monetario -explicó el representante de CIMA-. Cualquier cosa que se investigue debe generar conocimiento y, éste, a su vez, tener un uso, una aplicabilidad industrial que proporcione empleo y riqueza. Todo menos quedarse metido en un cajón”. De ahí la I+D, la transferencia de tecnología y el indicador a tener en cuenta: “El tejido empresarial que se genera gracias al proyecto, el retorno”.

Pese a la situación actual de crisis económica, el docente advirtió de que la innovación “es algo que no hay que abandonar jamás”. “Una empresa vive de su producto, por tanto, es muy importante que haya innovación. En chino, la palabra crisis tiene dos ideogramas: riesgo y oportunidad”, puntualizó, recordando además la importancia del marketing. “La necesidad de innovar surge de las exigencias del mercado, así que cuando lo has conseguido, tienes que darlo a conocer al mundo”. Las publicaciones y las patentes, para la transferencia de conocimiento y la protección del mismo -así como para la rentabilidad económica de una investigación y del hallazgo derivado de la misma-, se convirtieron entonces en protagonistas de la sesión impartida el 29 de marzo por el responsable del departamento de Gestión de Investigación del CIMA.

Mediante el método del caso, los alumnos analizaron tres supuestos biomédicos de los que pudieron extraer conclusiones sobre el secreto industrial, los acuerdos de confidencialidad, los convenios para la transferencia de materiales y los acuerdos marco de colaboración a distintos niveles. Todos ellos centrados, llegado este punto, en una investigación traslacional, en la que el propio Centro de Investigación Médica Aplicada, tal y como avanzó Rodríguez-Toral, intensifica sus esfuerzos -una vez finalizado su contrato de investigación con la UTE (2002-2012)- buscando que su investigación “sea más aplicada al paciente”. “Yo les digo a los investigadores que deben intentar que su trabajo tenga un alto grado de patentabilidad, que dejen de ser tan académicos y sean un poco más industriales”, concluyó el biólogo.

Aida Mosquera
Periodista y alumna del Posgrado en RS de la Cátedra Inditex de Responsabilidad Social de la UDC.