“Dentro de 10 años no va a haber una empresa que no tenga un propósito social”

Beatriz Sánchez Guitián, subdirectora general de la Fundación Más Humano, y vicepresidenta de EJE&CON (Asociación Española de Ejecutiv@s y Consejer@s).

La sesión impartida por Beatriz Sánchez, subdirectora general de la Fundación Más Humano, y vicepresidenta de EJE&CON, sirvió para cerrar el círculo de la innovación social a través de la articulación de actores en los ecosistemas de innovación social. “Es momento de cambiar la mentalidad de cowboy: cada vez que necesitábamos nuevos recursos o soluciones, invadíamos nuevas tierras. Ahora nos encontramos en una nave espacial. La innovación es lo que nos permite optimizar esos recursos disponibles”. Para ello es necesario aprender a buscar las alianzas que nos permitan ofrecer las soluciones para los retos del siglo XXI.

Podemos clasificar diferentes tipos de innovación- la empresarial, la tecnológica y la social-, pero la ponente quiso destacar que “pese a las diferencias entre ellas, que son más bien matices, la tendencia es a converger”. Se están generando modelos híbridos de innovación ya que “vamos hacia modelos más abiertos, de ecosistemas”. La innovación social está presente en la universidad, en los inversores, en empresas de todo tipo, de una forma cada vez más transversal, “sin olvidar que entre los objetivos de la empresa social también está el lucro”.

La innovación social recorre diferentes fases, que van desde la idea hasta el cambio sistémico. “Lo más complejo del recorrido es escalar hasta conseguir el cambio de estructuras y mentalidad existente”. La ponente propuso las palabras de Bill Drayton, fundador de Ashoka para entender el concepto: “Ni dar peces ni enseñar a pescar, sino revolucionar el sistema de pesca para que sea justo”. Para que se produzca la transformación, es necesario involucrar a diferentes actores. Según la ponente, “los grupos de interés que conforman el ecosistema son los que hacen posible una empresa y su sostenibilidad”.

¿Qué es lo que une todos los elementos de un ecosistema? “Un propósito compartido; por eso, o te unes a un ecosistema ya existente, que se adapte perfectamente a tu propósito, o es necesario crearlo”. Además del conocimiento que se genere en el ecosistema, es clave la confianza, “la capacidad de reacción que genera la existencia del ecosistema”. Destacó el caso de “Itwillbe.org”, nacida para demostrar con tecnología blockchain dónde se ha invertido lo que has donado. “Eso da confianza, garantizando la trazabilidad de la información”. Las alianzas de las empresas “tradicionales” con empresas sociales permiten “generar cadenas de valor híbrido, en base a la complementariedad entre agentes sociales y sector privado, que se apoya en ellos para conectar con el público”.

Para terminar, la ponente quiso hacer especial énfasis en los retos de la escalabilidad de los emprendimientos sociales y los aprendizajes a partir de su experiencia como directiva en toda la cadena de valor de compañías cotizadas del sector tecnológico, nacionales e internacionales. “Hay que probar siempre en entornos locales, la rapidez no puede ser la prioridad”. Otra recomendación es poner foco: “Todo a la vez no se puede escalar, solo cuando el proyecto haya demostrado que cumple la teoría del cambio y tenga satisfechos a los usuarios, se puede pasar a desarrollar un nuevo modelo de negocio”. Según Sánchez, la escalabilidad es posible cuando hay una evidencia sólida y creíble del impacto social y existe una demanda de una innovación que puede beneficiar a muchas personas. Para concluir, destacó la importancia de las alianzas, a través de las que “se incrementa la capacidad para generar cambio sistémico”.

 

Ana Narváez
Periodista y alumna de la octava edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social