Bernardo García Izquierdo: “Para tomar decisiones es mejor tener pocos indicadores buenos, contrastados y útiles, que muchos”.
Fundador y vicepresidente de la Asociación española para la medición del impacto social (ESIMPACT).
“Taller sobre medición y gestión del impacto social: medir el impacto para ser mejor empresa”.
Bernardo García Izquierdo es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y Máster en Gestión Avanzada por la Universidad de Deusto, donde trabajó durante 14 años como profesor, investigador y director del Máster Europeo en Ayuda Internacional Humanitaria. Ha publicado artículos y libros sobre gestión de ONG, trabajó como consultor internacional, es evaluador de impacto social y gestión de la calidad, mentor en diferentes programas y miembro fundador y vicepresidente de la Asociación española para la medición del impacto social (ESIMPACT). Es formador y acompaña a numerosas entidades de variados sectores en temas estratégicos, de desarrollo organizacional o de captación de fondos y en el diseño de sus sistemas de medición de impacto social, entre otros. También es coautor del primer estudio sobre el estado de la cuestión de la medición y gestión del impacto social en España.
El objetivo de la sesión era conocer el proceso para definir un sistema de medición de impacto, identificar sus componentes y reflexionar sobre las claves para que resulte efectivo en facilitar la mejora del impacto social y/o ambiental de una organización. El taller trabajamos sobre La Fageda, un caso que “conjuga muy bien un negocio perfectamente rentable –súper rentable de hecho- con un compromiso social, dar empleabilidad a personas con alguna enfermedad mental o discapacidad” y que “tiene un propósito social claramente inoculado dentro de la empresa”.
Antes de contextualizar dónde estamos en materia de medición del impacto y de ponernos a trabajar en pequeños grupos, conocimos diferentes redes, metodologías y herramientas interesantes para consulta, como puede ser el trabajo que se realiza desde Stone Soup Consulting, SROI, SDG Impact o ESIMPACT, la asociación para la medición y la gestión del impacto social. Resalta, apoyándose en una frase de Einstein, que “a veces no podemos medir cosas en impacto social de una forma científica o rigurosa porque muchas veces son un intangible, como un cambio de percepción”; que en medición, “menos es más”, que “para tomar decisiones es mejor tener pocos indicadores buenos, contrastados y útiles, que muchos”; y que “lo que no se mide, no se puede mejorar”, como afirma Peter Drucker.
Según el Oxford Impact Measurement Project, el impacto social se caracteriza por cambios “materiales” positivos o negativos en las condiciones a largo plazo de las personas, el planeta o el ecosistema. En este sentido, García explica que “una de las cosas más importantes cuando empezamos a medir es tener en cuenta el impacto negativo (efectos de desplazamiento, expectativas infundadas, etc.) que sin querer generamos para tomar conciencia de que lo podemos hacer mejor”. Cuando hablamos de medir el impacto lo hacemos sobre obtener información acerca de los cambios generados en el largo plazo, de manera comparativa y robusta. “No es un mero ejercicio técnico, es una oportunidad para mejorar el impacto sobre las personas e involucrarlas en el sistema de medición. Si no involucras a los grupos de interés en algo tan relevante, les estas quitando voz, peso y poder”, aseguró. Tras conocer las etapas de un proceso de este estilo, vimos unas claves de por qué y para qué es relevante y que su gestión consiste en “utilizar los datos de la medición para comprender, modificar y mejorar el programa, proyecto o servicio que generó el impacto”.
“La columna vertebral de cualquier metodología de medición de impacto es la Teoría del Cambio (TdC), una hoja de ruta que nos ayuda a planificar cómo llegar al punto que queremos desde el momento actual”, afirmó el ponente. “Una TdC empieza desde la misión o propósito de la organización y lo que busca es coherencia, que esté todo muy bien armado, por eso está en permanente chequeo”.
Tras la explicación de sus diferentes fases creamos “el árbol de problemas” de La Fageda. Una vez hecho el análisis y sus posibles soluciones, nos centramos en la cadena de valor del impacto social, analizamos los grupos de interés e identificamos los efectos, productos y supuestos que intervienen en el proceso. Para terminar, vimos diferentes metodologías de medición de resultados e indicadores, y nos quedamos con más de veinte recomendaciones para el diseño y despliegue de sistemas de medición y recogida de datos e información.
Laura Calvo González
Educadora social y alumna de la undécima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.