Belén Varela: “Entender la sostenibilidad como un camino al ‘cómo debo adaptarme a las nuevas circunstancias y cómo de resiliente soy con mi modelo de negocio’”

Responsable de información no financiera en el Departamento de Sostenibilidad del Grupo Inditex.
‘Transparencia y rendición de cuentas’

Belen Varela CESIS

La parte de sostenibilidad germinó de la responsabilidad social”, destacó Belén Varela al inicio de su sesión para introducir esos primeros años de RSC, centrada en la dimensión social, no solo de trabajadores propios, sino en toda la cadena de suministro. Varela inició su ponencia profundizando en la información no financiera, que pasará a llamarse información de sostenibilidad con las nuevas normativas, e hizo hincapié en la importancia de incluir las tres ‘patas’ de este ámbito: la medioambiental, la social y la de buena gobernanza (ESG por sus siglas en inglés). “Aunque clima es lo que más resuena, todas son importantes”, puntualizó.  

¿Y por qué es importante? Los inversores son una pieza esencial en este aspecto, demandando esta información desde la perspectiva del valor corporativo con la idea de que en el futuro harán falta modelos de negocio adaptados a las condiciones y resiliencia siguiendo las nuevas demandas climáticas. Entender así la sostenibilidad “como un camino al ‘cómo debo adaptarme a las nuevas circunstancias’ y cómo de resiliente soy con mi modelo de negocio”, destacó la experta.  

En la siguiente parte de la clase, Varela profundizó en las personas que demandan este tipo de información, empezando por esos mismos inversores que impulsan tenerla en un primer momento y que también necesitan saber si una empresa va a sobrevivir en los próximos diez años. Sin embargo, ellos no son los únicos, en el otro lado de ese grupo de interesados en la información, se encuentran también los clientes, “grandes demandantes de información de sostenibilidad”; así como las ONG, por su ámbito de actuación, y la presión regulatoria.  

Transparencia, consumidor informado y medición 

Como parte del diálogo con los grupos de interés, Varela destaca entre las tendencias y las áreas de relevancia, aspectos y factores como la transparencia, pero no centrada únicamente en ofrecer información veraz, sino en hacerla eficaz, concisa y explicada de forma clara y no solo a nivel interno o de cara a los grupos de interés, sino también de cara al consumidor, con datos relevantes que les permitan una toma de decisiones informada. Entre esas tendencias destacan, asimismo, los derechos humanos en la cadena de valor, la trazabilidad, la medición de impacto, el cambio climático y la descarbonización, pero también la biodiversidad (incluyendo los impactos del uso de la tierra o el agua), la diversidad más allá del género y la circularidad, entendida como esa lucha por enfrentarse al desperdicio introduciendo de nuevo un producto en uso, bien en su propio circuito con la misma función o en otro diferente en formato upcycling. “Es muy importante medirlo porque si no lo mides, es muy difícil gestionarlo”, explicó Varela con respecto a todos estos puntos como una dificultad añadida para algunos de estos aspectos donde la medición es mucho más difusa, así como la definición de acciones para atajar las diferentes problemáticas en base a ellas. 

Sentada la base de la información, la experta introdujo al alumnado a los diferentes marcos de reporte de sostenibilidad desde un pequeño repaso por lo que actualmente se lleva a cabo, hasta las nuevas normativas todavía pendientes de ponerse en marcha, como los IFRS de sostenibilidad de la IASB o los ESRS de la Unión Europea, el Enhancement and Standardization of Climate-Related Disclosures of Investors o el Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD). Algunos de estos nuevos modelos despejan dudas con respecto a si son datos reales, si las estimaciones se ajustan a la realidad o si lo hacen a una realidad que todavía tardará años en llegar, explicó Varela, manteniendo siempre en mente que “todo esto se va a regular mucho más”. La profesional quiso entonces introducirse de lleno en la más destacada, la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) de la UE, que afectará a todos los estados miembro y sus empresas, entrando en vigor por niveles desde este mismo año hasta el 2028, cuando se aplique a compañías de fuera de la UE, pero que tengan una filial o sucursal operativa en ella.  

Entre las novedades que presenta es un marco de estándares comunes a todos, los ESRS de la European Financial Reporting Advisory Group (EFRAG); una taxonomía digital que permite etiquetar la información, una verificación con revisión limitada y un futuro de aseguramiento razonable. ¿Y qué deberán contener los reportes con esta normativa? Todo lo contenido en los ESRS, entendiendo que “la sostenibilidad debe estar embebida en tu modelo de negocio”, señaló Varela, en lo referente a entender y explicar con detalle el modelo de negocio de cada compañía para poder identificar tanto los riesgos como las oportunidades: “qué haces, quién eres”, añadió. Asimismo, se deberán describir los objetivos con un horizonte temporal marcado, con un punto central en la gobernanza: “¿quién es el responsable de esto?”, como la pregunta esencial a la que los ESRS pretenden dar respuesta, pero también aquellas políticas en relación con cuestiones de sostenibilidad y los incentivos ligados a ellas. Y aunque esta no es una normativa de debida diligencia, explicó la profesional, en este modelo sí aparecen muchos impactos y se deberían tener en cuenta a la hora de reportar como una fuente de información, “una doble visión de cómo yo impacto y cómo ese impacto se me devuelve en términos financieros”, puntualizó. 

Análisis de doble materialidad 

A la vuelta del descanso, en la segunda parte de la clase, Varela profundizó un poco en el análisis de la doble materialidad para asentar el conocimiento del grupo e incidir en la importancia de definir bien los impactos de una empresa. Lo financiero y lo no financiero dejan de estar separados para crear una interoperabilidad en esta doble materialidad, que tiene, entre sus principales retos, la falta de información primaria o los potenciales efectos financieros de los riegos materiales físicos, de transición y las potenciales oportunidades. Además, hay falta de metodologías de uso común, lo que evita tener datos comparables entre varias compañías, señaló la experta.  

Como parte de los siguientes pasos, el EFRAG está desarrollando un proyecto de vinculación entre la información financiera y la no financiera, y supone un reto por esos impactos financieros que no hay certeza de si sucederán o no y cuya metodología no es común a todos. Varela incidió en el valor positivo de la información no financiera como una herramienta de comunicación que permite comparar entre empresas de la misma industria y crear cultura de rendición de cuentas. ¿En el otro extremo? Un consumo intenso de tiempo y recursos, falta de metodologías globales para medirlo todo, dificultad para calcular indicadores y un entorno regulatorio en constante cambio. 

La profesional quiso hacer también una mención al greenwashing, uno de los objetivos clave de las nuevas normativas para evitar la desinformación en materia de sostenibilidad. ¿El objetivo? Empoderar al consumidor ofreciéndole información comparable y equitativa entre todos los competidores con datos reales respaldados más allá de lo interno en la compañía 

Como parte final de su sesión, la experta puso en marcha un pequeño taller con el alumnado para, en el papel de un departamento de reporte de sostenibilidad con la tarea de crear un informe de 2024, decidir qué compañeros en la empresa deben ayudar, qué impactos se tienen que reportar o que normativa seguir para elaborar ese documento, así como determinar la relación que se establecería con los grupos de interés. Un ejemplo práctico que permitió a los asistentes poder entender desde dentro la labor del departamento de Reporting y ver de primera mano los pasos a seguir para desarrollar esta tarea.

Beatriz Nestar Bueno
Periodista y alumna de la decimotercera edición del Curso de Experto en Sostenibilidad e Innovación Social