Antonio Abril Abadín: “En la empresa pasamos de la RSC defensiva a la sostenibilidad proactiva”
Director de Cumplimiento Normativo, Secretario General y del Consejo de Administración del Grupo Inditex
“Compliance y Sostenibilidad”
“El modelo de Compliance y Sostenibilidad de Inditex”
La gran revolución en las empresas en la actualidad. Así define Antonio Abril la integración de la gestión del compliance (cumplimiento) y sostenibilidad en la estrategia empresarial global. Y lo define alguien como él, con una experiencia y conocimientos que lo convierten en referencia en el ámbito de la responsabilidad social empresarial en España. Director de Cumplimiento normativo en todo el Grupo Inditex, en el que además es Secretario General y del Consejo de Administración, Abril, abogado del Estado en excedencia, es un convencido del papel determinante de las empresas para una sociedad más justa. Presidente del Consello Social de la Universidade da Coruña y de la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas, Antonio Abril reunió en la sesión del miércoles 26 de febrero en Ferrol al alumnado del CESIS de la Cátedra Inditex-UDC de Sostenibilidad y del Grado en Gestión Industrial de la Moda.
“Los cambios se aceleran, los ciclos económicos son más cortos y los conocimientos tienen fecha de caducidad”, subraya Abril para ilustrar la transformación que ha supuesto la perspectiva social para las empresas y el sistema de libre mercado. El compliance, denominación anglosajona que podemos traducir por cumplimiento, es un elemento de prevención y corrección de riesgos conectado con el marco normativo, pero “que va más allá de cumplir la ley o de evitar responsabilidades penales”. El cambio de sistema de valores, el aumento de la regulación -desde 2015, en España las empresas como personas jurídicas pueden tener responsabilidad penal en la comisión de delitos de sus empleados en el ámbito de la empresa-, la presión de los consumidores, del mercado financiero, del tercer sector y de la sociedad en general, la convicción de que la sostenibilidad crea valor y la crisis económica de hace una década provocan esa “revolución empresarial” a la que se refiere Abril.
“Si a mí me dicen hace cinco años que iba a leer la noticia de que una organización puede ser juzgada penalmente por no cumplir su propio código de conducta, no me lo creo. Así ha cambiado la situación, de un contexto desrregulado a uno hiperregulado”, indica Abril, que destaca los cambios en el código penal y en la ley de reporte de la información no financiera de 2018, que obliga a las empresas a informar sobre derechos humanos, cuestiones sociales, cuestiones medioambientales y lucha contra la corrupción y el soborno. “El compliance no se implementa para evadir la responsabilidad penal de una empresa si un directivo mete la mano o soborna a un funcionario. Se implementa para crear cultura corporativa y ética de empresa; obviamente funciona como cordón sanitario, como prevención”, explica. Abril cuenta que en el proceso de puesta en marcha del departamento de compliance en el Grupo Inditex “nos quedó claro que compliance es todo”.
“Primero, compliance general, es decir, la diligencia debida de los administradores como garantía del sistema. En las empresas cotizadas, hay competencias indelegables del administrador. El buen gobierno corporativo, el compliance penal, fiscal, retributivo, la sostenibilidad social y medioambiental…En todo hay que cumplir y reportar. La empresa tiene que disponer de mecanismos, códigos, medidas de prevención y control. En la cumbre debe estar el código de conducta de la empresa, firmado y asumido por sus trabajadores”, indica Abril. El abogado del Estado ilustra que el compliance es todo con las 108 normas internas emitidas en Inditex desde la puesta en marcha del departamento correspondiente. Desde los regalos de empresa a la relación con los funcionarios pasando por la política de compras o los conflictos de interés. Todo está regulado.
Grupo Inditex
En el caso de la multinacional de Arteixo, el primer distribuidor de moda y complementos del mundo (26.175 millones de euros facturados en 2018), con un órgano decisorio y otro ejecutor en compliance, la guía es la cultura corporativa y la conducta ética. Para ello, cuentan con mecanismos y herramientas como el Código de Conducta, interno y externo para proveedores y fabricantes, y el canal ético, que permite no sólo a la plantilla sino a cualquier tercero vinculado al gigante de la moda denunciar hechos o comportamientos. “La empresa tiene que analizar aquellas áreas y procesos con riesgos. Donde hay riesgo, tiene que haber norma, con políticas, procedimientos e instrucciones. Ordenar, coordinar y reportar, son las tres fases”, apunta Abril.
Abril se refirió a los escándalos reputacionales que en el pasado reciente padecieron grandes empresas del textil en la cadena de proveedores. El modelo de compliance en Inditex tiene en cuenta a los diferentes stakeholders con sus diversos intereses, expectativas y obligaciones. “¿Cómo iba yo a saber hace unos pocos años que me iban a preguntar por la procedencia del algodón de una camiseta de Zara? ¿O que el tema de la calidad del agua en los procesos textiles iba a ser central? Pues el ciclo completo de vida de una prenda, desde las semillas del algodón hasta su destino tras ser usado, pone a prueba nuestro cumplimiento, y nos obliga a investigar sobre nuevos materiales. Pasamos de una RSC a la defensiva a una sostenibilidad proactiva. Y eso es bueno”, concluye Antonio Abril.
Arancha Estévez Lavandeira
Periodista y alumna de la novena edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social