Alejo Calatayud: «La prevención y la reutilización deben ser la norma y no la excepción»

Responsable de Desarrollo de Negocio y Comunicación en Revertia.
“La gestión de los RAEE en España: principios, actores y normativa. Ejemplo de Revertia como modelo de negocio circular”.

“Dejamos de hablar de residuo para empezar a hablar de recurso”. Esta es la idea con la que abre la sesión del CESIS del 7 de abril Alejo Calatayud. Es licenciado en Derecho, especialista en medio ambiente y economía circular, y, actualmente, ocupa la posición de responsable de Desarrollo de Negocio y Comunicación en Revertia, empresa dedicada a la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos desde una óptica circular. Previamente, desempeñó funciones de asesor técnico en el Ministerio de Medio Ambiente y Transición Ecológica, en la Consellería de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Xunta de Galicia y en la Confederación Hidrográfica del Miño – Sil.

El ejemplo de Revertia vertebra toda la sesión. Calatayud cuenta cómo empezaron siendo dos personas, ahora diez y con perspectivas de crecimiento muy interesantes. Y la razón principal es que “los residuos de aparatos electrónicos se consideran la nueva minería”. Pero ¿por qué? Para explicarlo, el ponente habla sobre la necesidad de caminar hacia modelos de circularidad debido a que las presiones a las que sometemos el planeta hacen que los recursos naturales estén dando claros síntomas de agotamiento. Generamos unas cinco toneladas de residuos por persona y año, de las que solo un tercio se gestiona correctamente. De ahí que maximizar los recursos disponibles, tanto materiales como energéticos, para que estos permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo productivo –el fundamento de la economía circular– sea más relevante que nunca.

A continuación, y a lo largo del resto de la clase, Calatayud se centra en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), la especialidad de Revertia. Pone sobre la mesa la realidad del consumo creciente “y desmesurado” de equipos electrónicos. “Existe presión por tener siempre la última versión o modelo y una obsolescencia programada que es muy dañina para el medio ambiente y que debería estar fuertemente sancionada, como en Francia, dónde castigan, incluso con cárcel, a los fabricantes que programan la muerte de sus aparatos. El consumo de usar y tirar es absolutamente insostenible”. En 2019, se generaron 53 toneladas de RAEE, de las que tan solo un 17,5% se gestionó correctamente. Además, el problema es que no hay datos fiables de los residuos que siguen los cauces oficiales de reutilización y reciclaje. A nivel europeo, sigue sin existir un control suficiente de trazabilidad del residuo.

Además de las consecuencias ambientales a nivel de contaminación y las económicas a nivel de pérdida de recursos, estos residuos generan importantes impactos sociales. Algunos son enviados, de manera ilegal, como productos a países más desfavorecidos, donde acaban en vertederos sin ningún tipo de control y manipulados por niños y/o mujeres, personas vulnerables y sin protección, sometidos a estos materiales que pueden ser tóxicos y/o peligrosos. “Me he puesto un poco dramático, pero estamos aquí para dar soluciones”, sentencia Calatayud. “La prevención y la reutilización deben ser la norma y no la excepción. Estas opciones deben ser prioritarias antes del reciclaje. En Revertia apostamos desde el principio por ser gestores de residuos, eligiendo la reutilización como primera opción. Más adelante las normativas nos beneficiaron, porque habíamos sido pioneros y los fabricantes acudían a nosotros. Es muy positivo indagar en lo que se está haciendo a nivel europeo, qué iniciativas se están gestando, para poder adelantarnos a las diversas líneas de actuación”.

Un 30% de los residuos que llegan a Revertia pueden tener una segunda vida y, de este modo, consiguen impactos medioambientales positivos, porque se reduce la emisión de gases de efecto invernadero, la extracción de recursos naturales, los impactos del reciclaje, etc. Está habiendo un cambio en el consumo de equipos reacondicionados que se venden a precios más competitivos.

A partir del Real Decreto 110/2015 de 20 de febrero sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), estos se dividen en 7 categorías: FR1 – Aparatos de intercambio de temperatura, FR2 – Monitores y pantallas, FR3 – Lámparas, FR4 – Grandes aparatos (>50cm), FR5 – Pequeños aparatos (<50cm), FR6 – Aparatos informáticos y de telecomunicaciones con componentes peligrosos y FR7 – Paneles fotovoltaicos. “Nunca se deben mezclar estos residuos con los demás porque es un desperdicio de materiales valiosos y porque pueden contener materiales tóxicos/peligrosos”, señala Calatayud. Pero el Real Decreto mencionado anteriormente va más allá al fomentar tratamientos como la preparación para la reutilización, estableciendo objetivos concretos separados de los del reciclaje: un 3% para grandes electrodomésticos y un 4% para equipos informáticos. En este sentido, Revertia está tratando de ser pionera de nuevo, con investigaciones en varios frentes. Uno de ellos es la reutilización de grandes electrodomésticos (neveras, lavadoras, etc.), con la que ya han experimentado con un primer cargamento de lavadoras, de las que han podido reacondicionar un 5%. Otro de los focos es la gestión de los residuos derivados de paneles solares y baterías de litio, dos de las prioridades de los fondos europeos.

Tras hacer una revisión sobre los principales actores que intervienen en la gestión de los RAEE (los productores, los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor, los usuarios de AEE, las entidades productoras de RAEE y los gestores de residuos), Calatayud explica la propuesta de valor de Revertia. Esta se asienta sobre tres pilares: la recogida de RAEE de clientes (logística, transporte y trazabilidad), la reutilización y el reciclado (borrado de datos, reacondicionamiento y clasificación) y el análisis del ciclo de vida (cuantificación de impactos positivos de la reutilización, huella de carbono y análisis de emisiones de CO2 evitadas). “Es una satisfacción ver cómo una empresa pequeñita, que en el año 2012 estuvimos a punto de abandonar, ha conseguido no solo sobrevivir, sino crecer”, comenta orgulloso antes de finalizar la sesión apuntando a la audiencia los retos que se plantean en el futuro próximo. “Estamos apostando por un departamento de innovación, gestión de nuevos residuos y especializarnos todavía más en la economía circular, por ejemplo, con la reutilización de grandes electrodomésticos”.

 

Ariana Carro Patiño
Periodista y alumna de la undécima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social