Alberto Lavín: «El gobierno corporativo tiene que adaptarse a las circunstancias del entorno»

Consultor independiente.
"El buen gobierno corporativo como fundamento de valor sostenible de la organización".

Otro miércoles más, la webcam de los alumnos de la décima edición del CESIS se encendió a las 16:00h. Al otro lado de la pantalla se encontraba Alberto Lavín, consultor independiente y encargado de impartir la sesión del 3 de febrero sobre cómo se gobiernan las empresas y, más importante, sobre cómo deberían hacerlo.

Tras una ronda de preguntas y presentaciones donde los alumnos expusieron lo que esperaban obtener de esa sesión, Lavín inauguró la ponencia explicando al alumnado qué es el gobierno corporativo: “El gobierno corporativo es muchas cosas aunque, generalmente, tendemos a asociarlo a la relación entre las personas que obtienen rendimiento de una organización y el rendimiento que obtienen”. Supongamos que dos socios tienen una buena idea y comienzan a montar un negocio, ¿cuáles son las metas de la compañía? ¿y las de sus propietarios? Probablemente no sean las mismas . A medida que las organizaciones crecen, se van incorporando más actores y por lo tanto se va separando cada vez más su propiedad y su control, lo que genera más costes de agencia. Ahí es donde surge el gobierno corporativo “para arbitrar las reglas del juego y gestionar la asimetría de intereses entre propiedad y agencia”, afirmó el consultor.

La siguiente cuestión que trató fue «¿Por qué es importante a día de hoy la buena gobernanza en las empresas?». A lo que explicó: «Es importante y necesaria por la democratización del capitalismo global, por las reformas en los mercados financieros que buscan ‘atornillar’ el comportamiento de la cúpula de las organizaciones, por las tragedias corporativas que hemos vivido, los fenómenos cíclicos de la crisis…, porque supone la necesidad de coordinación y balance para atender esas expectativas».

“¿La gente de las organizaciones necesita ayuda de personas externas? Muchas veces, desde dentro, tienes visión de túnel, por eso el capitalismo ha creado a personas que se dedican a aconsejar. Y esos consejeros pueden ser externos. La idea de consejero independiente es alguien que presta su conocimiento y experiencia al servicio de otro, y eso, a veces, no es fácil porque tienes que meterle el dedo en el ojo al tío que te paga”, apuntó el consultor en un tono muy cercano a los alumnos.

Después de hablar de por qué el gobierno corporativo es relevante, del tipo de decisiones, del origen y la razón de los costes de agencia, Lavín se centró en los consejos de administración. Tal y como expuso, sus actividades son: representar a los inversores, controlar las inversiones, ser el canal de comunicación entre los inversores y la compañía, cumplir con la regulación y contratar y vigilar a sus CEO. El consejo de administración es el principal órgano de gobierno de una empresa y su tarea principal es velar y salvaguardar los intereses de los accionistas. “Está claro que las demandas de todos los propietarios no son las mismas, una compañía cotizada no demanda lo mismo que una empresa familiar que fundamentalmente busca el relevo generacional. Pero, además de la naturaleza de los propietarios, también es importante la situación de la compañía: el gobierno corporativo tiene que adaptarse a las circunstancias del entorno o ¿acaso un equipo de fútbol juega igual si gana o si pierde? La forma en la que tú actúas o te organizas es diferente en función del contexto en el que juegas”, explicó .

«¿Hay una composición típica del consejo?». Lavín expuso que la composición debería ser consecuencia de las necesidades; aunque «no siempre es el caso, la estrategia depende de la empresa en la qué estás. La siguiente cuestión fue «¿por qué se escoge a un consejero o a otro en una empresa?» Según Lavín, «al final lo que buscas es que el consejero te aporte un valor que tú no tienes, aunque también puedes escogerlo para delegar funciones cuando hay que liberar tiempo de los propietarios o simplemente por imagen y prestigio». “Por ejemplo, si tengo que escoger entre un hombre y una mujer idénticos en educación, igual en vez de decidir entre los dos, necesito añadir un tercero que me aporte algo más. La diversidad hay que pensarla de manera cognitiva”, explicó . Lavín dejó claro la importancia de contratar a la gente por sus valores, ya que «luego puedes entrenarlos para todo lo demás, pero los valores se tienen o no se tienen». Es importante porque en el consejo se van a tomar decisiones relevantes como la aprobación de estrategias, nuevas inversiones, políticas de dividendos o la supervisión de la compañía, «por lo que necesitamos tener a gente con valores».

En relación a este último tema, surgió una pregunta con la que se finalizó la primera parte de la sesión: «¿Y los comités de ética? ¿Tienen cabida en el consejo?». Lavín contestó con rotundidad: “Si necesitas introducir un órgano adicional como el comité de ética para que haya ética, es decir, para monitorizar, es que ya tienes un problema. Igual te equivocaste en el proceso de selección, porque la ética tiene que ser un ingrediente de las personas a las que se contrata”.

Durante la segunda parte de la sesión, a través del método del caso, Lavín quiso dar respuesta a «¿qué pasa cuando fallan los sistemas de gobierno corporativo?». Para ello utilizó el escándalo del caso Satyam y las principales tácticas para la socialización de la corrupción en las organizaciones: racionalización y socialización. “Los individuos corruptos no tienden a verse a sí mismos como corruptos. Quizá por eso es tan difícil erradicar (o evitar) la corrupción de las organizaciones”, subrayó Lavín.

Satyam es una compañía fundada en 1987 en la India que crea software para dar soporte a los procesos de sus clientes. El consejo de Satyam estaba compuesto por 2 hermanos, 5 consultores independientes, 1 abogado y 1 financiero. En el año 2009, Satyam tuvo que hacer frente a un gran escándalo de fraude llevado a cabo por su presidente, Ramalinga Rajú, con la falsificación de las cuentas. Su empresa auditora, Pricewaterhouse Coopers, fue acusada de cómplice. A lo largo de esta última parte de la sesión, Lavín argumentó que “para que haya un buen gobierno corporativo, los valores tienen que estar implícitos en el sistema de selección, si contratas a gente de cuyos valores dudas y los sometes a tentaciones, esos valores se derribarán”. El consultor finalizó la sesión haciendo reflexionar al alumnado sobre los aspectos del gobierno corporativo en el caso Satyam: “Tenía que haber habido un mejor comité de auditoría, probablemente faltó control interno”.

 

Paula Santos Barbeito
Comunicadora y alumna de la décima edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social.