“La sostenibilidad sin materialidad no sirve de nada”

Jaime Silos, director de desarrollo corporativo de Forética y presidente de Spainsif.

Jaime Silos, director de desarrollo corporativo de Forética y presidente de Spainsif, impartió un taller dedicado al análisis de materialidad en el que trasmitió a los alumnos su vocación por “conectar RSC y valor añadido”. Para que esto suceda, identificar a los grupos de interés no es suficiente. Si lo que queremos es “crear valor”, el paso siguiente es llevar a cabo un análisis de materialidad, es decir, identificar las prioridades de cada uno de esos grupos de forma que se puedan detectar riesgos y oportunidades para el crecimiento.

Silos fue construyendo el taller en torno al concepto de valor compartido. Pero, “¿tenemos claro qué significa generar valor?”, preguntó el ponente. “Tener beneficios no significa necesariamente generar valor, porque para crear valor hay que generar además una rentabilidad superior al costo”, aclaró. Siempre que no se está generando valor, se está destruyendo, y esto convierte a las empresas en insostenibles en el largo plazo. Más allá de lo estrictamente económico, se hace necesario gestionar la sostenibilidad medioambiental, social y de gobernanza, lo que nos llevó a abordar el fenómeno de los “shocks ESG” y su prevención.

Para ilustrarlo, planteó una analogía entre personas y empresas, evocando las palabras del CEO de BlackRock: “las empresas deben tener alma, igual que las personas, porque cuando no hay un propósito claro detrás es más fácil sucumbir ante las presiones del corto plazo y más difícil resistir a las adversidades”. La preocupación del CEO de BlackRock es maximizar la creación de valor de sus inversiones y tiene claro que para que eso ocurra las empresas en las que invierten deben ser sostenibles y tener una misión a largo plazo.

Entre las ventajas cuantificables de la sostenibilidad, están la reducción del coste de la financiación y el incremento de los márgenes de beneficio en las empresas. Incluso, como se ha demostrado en el Informe Forética 2018, los estados más competitivos del mundo coinciden con los que son más sostenibles.

Una vez llegó el momento de llevar el análisis a la práctica, Silos advirtió de que es “un ejercicio poco científico, se trata más bien de una actividad artesanal en la que es inevitable incluir juicios de valor”. Para obtener la información que después se plasmará de forma gráfica es importante realizar primero un ejercicio interno en la empresa que elija los temas relevantes, que después permita preparar un cuestionario que ayude a priorizar y se dirija a los grupos de interés externos, “siempre permitiendo aflorar algún otro tema en el que no se hubiera pensado a nivel interno”.

La principal recomendación para obtener el mapa final es usar el sentido común, teniendo claro que es una herramienta que nos ayuda a sistematizar prioridades y por tanto fundamental para orientarnos en este proceso de gestión y comunicación de valor. De ahí que sea un ejercicio pragmático, pues “los recursos de los departamentos de RSC son limitados y hay que apuntar a las prioridades con la mayor precisión”, argumentó. De esta forma evitaremos aplicar una estrategia de “sostenibilidad desenfocada”, abordando temas poco relevantes para los grupos de interés y en la que “los esfuerzos se diluyen”.

 

Ana Narváez
Periodista y alumna de la octava edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social