“Aplicando el concepto de valor compartido la propia estrategia se paga a sí misma”

Anxo Calvo Silvosa, profesor titular del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad y decano de la Facultad de Economía y Empresa de la UDC.

Anxo Calvo, profesor titular del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad y decano de la Facultad de Economía y Empresa de la UDC trajo al aula de la Cátedra Inditex-UDC de Sostenibilidad algunas lecciones de la práctica empresarial extraídas de su experiencia en la Administración autonómica, gestionando iniciativas del ámbito de la energía, minería y medio ambiente. Actividades en las que, según el docente, la responsabilidad “entendida de forma proactiva” debería tener mayor presencia.

El marco de referencia para que se produzca este impulso es la Unión Europea. Según el decano de la Facultad de Economía y Empresa, “la Comisión empuja a aplicar RSC en su apuesta por conectar crecimiento económico y sostenibilidad como vía para desarrollar el máximo potencial en la generación de riqueza, innovación y puestos de trabajo”. Si bien la teoría marca un rumbo bien definido, “en la práctica, cuando tienes un proyecto delante, todo es más complejo”, reconoció Calvo, señalando las tensiones entre sindicatos, empresas y lineamientos de políticas públicas.

Para ejemplificarlo, contó uno de los casos que vivió en primera persona, cuando grupos ecologistas ejercieron una gran presión para cerrar una cantera a cielo abierto que se mantenía como una isla en un área protegida por Rede Natura. Como contrapunto, señaló que “en la práctica, esa explotación estaba dando empleo a 150 personas”. El debate fue: “¿qué pesa más, el daño medioambiental o el peso de los puestos de trabajo?”. En este caso, ganó el peso de la dimensión social y en especial la proyección del rural, porque “la opción del cierre de la cantera suponía obligar a la emigración de los trabajadores, que muy difícilmente se iban a poder recolocar”. A su vez, se optó por endurecer medidas ambientales, teniendo en cuenta que en España “el punto de partida normativo es el depósito de una fianza medioambiental para restituir el impacto causado”.

Otro debate que se sostuvo en la Consellería de Industria en su momento y se renovó en el aula fue decidir el peso de las externalidades negativas de los parques eólicos. Algunas de las que se señalaron fueron el impacto visual y acústico, alteraciones en rutas de aves, expropiaciones y afectación de montes comunales usados para la ganadería. Se indicaron también las positivas: energía limpia, contribución contra el cambio climático, impacto en vinculación con actividades industriales paralelas, sumado a la reducción de la dependencia energética del exterior. “¿Cómo podía la Xunta de Galicia participar del desarrollo de esta energía?”, planteó el docente, explicando que “se barajaron dos opciones: por un lado, la participación pública de los parques, recaudando dividendos; por otro, recaudar tributos imponiendo un canon eólico”. Tras el debate, Calvo expuso que “se optó en su momento por la participación pública porque permitía actuar desde dentro, tanto en decisiones técnicas como ambientales y, especialmente, sociales”. Además, destacó otra cuestión regulatoria: “decantarse por la imposición de un canon se podría percibir como desincentivador”.

Calvo argumentó que “la estrategia básica se resume en la creación de valor en operaciones y procesos, de forma que no se necesiten ni tasas ni donaciones, ya que la propia aplicación de la estrategia se paga a sí misma, al generar más valor”. En este sentido, la RSC debe verse como “una oportunidad de negocio” en la línea de “otras soluciones como la economía circular, o el desarrollo sostenible, creadas por el propio capitalismo para su supervivencia”.

 

Ana Narváez
Periodista y alumna de la octava edición del Curso de Especialización en Sostenibilidad e Innovación Social